Estos son los santos a los que los colombianos más les rezan; hay dos muy conocidos
En Colombia la fe trasciende los altares oficiales. Más allá de la Virgen María o el Divino Niño, existen figuras populares nacidas de la experiencia y la tradición común.
En Colombia, la devoción religiosa no se limita únicamente a figuras como la Virgen María o el Divino Niño. Existen otras imágenes y personajes que también reciben oraciones y peticiones, muchas veces alejadas del canon oficial de la Iglesia.
Para entender este fenómeno, hay que partir de que la fe es la confianza y creencia en un poder superior, una manera de entregar a lo divino aquello que una persona no puede, no debe o no quiere resolver por sí misma.
Cuando la ciencia, la medicina o la naturaleza no ofrecen una respuesta, las personas buscan en la fe un poder capaz de intervenir y solucionar el problema. En estos casos, las oraciones no siempre se dirigen directamente a Dios, sino a los santos, vistos como “mensajeros” o “abogados” que interceden y transmiten las súplicas.
De ahí la tradición de visitar físicamente la imagen o el santuario del santo, para asegurarse de que el mensaje sea escuchado de manera clara.
La iglesia católica reconoce oficialmente como santos únicamente a aquellos proclamados por el Papa, entre los que se encuentran figuras como la Virgen María, el Divino Niño o el Señor de los Milagros. Sin embargo, la gente también crea sus propios “santos populares” a partir de experiencias, creencias y necesidades personales.
Como explica el lingüista Néstor Pardo en el documental La fuerza de la fe: “Lo que hace santo a un santo es que murió, después la gente le encuentra razones”.
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Estas figuras se difunden de boca en boca, alimentadas por las vivencias y testimonios de la comunidad. Entre ellas se encuentran Omayra Sánchez, Leo Kopp, Julio Garavito Armero y José Gregorio Hernández, cuyas historias han ganado fuerza con el tiempo.
¿Quién era Omayra Sánchez?
Omayra Sánchez, víctima de Armero, trascendió como símbolo de dolor e injusticia, pero también como santa popular.
Para algunos devotos, su imagen cercana una niña mestiza, colombiana, “con el agua hasta el cuello” la hace más real y accesible que las representaciones tradicionales.
Omayra Sánchez, victima de la tragedia de Armero
Foto: Instagram @historicalpix
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En el documental se relata el caso de una mujer enferma de un tumor que, tras pedirle a Omayra su intercesión, sanó inexplicablemente en pocos meses.
José Gregorio Hernández, conocido como “el médico de los pobres”, es recordado por supuestamente realizar curaciones y operaciones espirituales.
“Ese fue mi doctor, mi cirugía; no gasté nada, solo mi fe”, comenta una devota en el documental, reflejando la profunda confianza que sus seguidores depositan en él.
San Gregorio Hernández, médico venezolano
Foto: Instagram @thibisayse
En definitiva, el mundo y la religión son tan amplios que resulta imposible reducir la devoción a una sola figura.
Cada persona tiene problemas, anhelos y contextos distintos, por lo que siempre buscará a quien sienta más próximo a su realidad. Sin importar a quién se rece, el elemento común es la fe incondicional que sostiene la esperanza del milagro, porque, como muchos creen, sin fe no hay respuesta.
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