En el municipio de Malinalco, México, un camión que transportaba peregrinos con destino al famoso 'Santuario de Chalma' se volcó de manera trágica, cobrando la vida de al menos 14 personas y dejando a 31 más heridas, según informes de la Secretaría de Seguridad estatal.
La ruta, que partía desde San Luis de la Paz en Guanajuato, estaba destinada a llevar a los devotos al tercer destino turístico más popular del Estado de México, el Santuario de Chalma. Sin embargo, el viaje se vio truncado cuando el camión perdió el control tras la pérdida de dos llantas, dando lugar a una escena de caos y desesperación en la carretera Capulín-Chalma, en el paraje de Guarda de Guerrero.
La magnitud del suceso movilizó a unidades médicas de distintos municipios cercanos, desde Tenancingo hasta Toluca, quienes acudieron rápidamente para brindar atención médica a las víctimas. Entre el dolor y la conmoción, los rescatistas trabajaron incansablemente para socorrer a quienes quedaron atrapados en el accidente y para trasladar a los heridos a centros médicos para recibir tratamiento urgente.
El Santuario de Chalma, conocido por recibir a miles de peregrinos, es un punto de encuentro de fe y devoción para personas de todo el país. Durante la Semana Santa, en especial, la afluencia de creyentes es notable, superando las 30.000 personas en busca de un contacto con la figura divina venerada por su presunto poder sanador y milagroso.
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El recorrido hacia Chalma es más que un viaje físico, es un viaje espiritual donde la fe se entrelaza con la tradición y la creencia en lo milagroso. Peregrinos de distintos puntos del país emprenden kilométricas caminatas, algunos descalzos como muestra de penitencia, en búsqueda de un encuentro significativo con lo sagrado.
En medio del pesar y la consternación, las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias del trágico accidente, mientras las familias de las víctimas y los sobrevivientes enfrentan una dura realidad marcada por la pérdida y el dolor. En un día que prometía ser de encuentro espiritual, la fatalidad ha dejado una huella imborrable en la comunidad y ha recordado la fragilidad de la vida humana ante los designios del destino.
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