Otro mito sobre el sistema de contagio del coronavirus se ha derrumbado. No es posible contagiarse por la supuesta presencia del virus en el aire. La manera científicamente comprobada es mediante gotículas de saliva o moco que una persona enferma expulsa al toser o estornudar, las cuales quedan en superficies, principalmente, y que luego llegan a las manos de personas sanas, que las llevan a su cara o mucosas.
Por eso, reitera la OMS, lavarse las manos constantemente es, por ahora, una de las medidas más efectivas para controlar el contagio. Dichas gotículas también pueden caer sobre una persona estando cerca de un enfermo, por eso se reitera, igualmente, que la distancia social de entre uno y dos metros también es una medida eficiente.
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Estudios iniciales habían insinuado que el virus del COVID-19 pemanecía suspendido en el aire hasta por tres horas, pero las nuevas investigaciones de la OMS demostraron que el virus es pesado y no se dispersa a distancias mayores de un metro, por eso la separación entre pacientes y personas y mantener un exigente aseso con desinfectantes en pisos y superficies.
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