La descarga de un inodoro puede generar grandes cantidades de aerosoles que contienen microbios procedentes de la orina, las heces y el vómito. Cuando se dispersan ampliamente, pueden causar el ébola, el norovirus que provoca una violenta intoxicación alimentaria, así como el coronavirus COVID-19.
Un equipo de científicos estudió las gotas generadas al tirar de la cadena de un inodoro y un urinario en un baño público en condiciones normales de ventilación. Para medir las gotas, utilizaron un contador de partículas colocado a distintas alturas del inodoro y del urinario para captar el tamaño y el número de gotas generadas al tirar de la cadena.
Para el estudio, los investigadores de la Facultad de Ingeniería e Informática de la Universidad Atlántica de Florida obtuvieron datos de tres escenarios diferentes: descarga del inodoro, descarga del inodoro cubierto y descarga del urinario. Examinaron los datos para determinar el aumento de la concentración del aerosol, el comportamiento de las gotas de diferentes tamaños, la altura de las mismas y el impacto de cubrir el inodoro.
"Después de unas tres horas de pruebas con más de 100 descargas, encontramos un aumento sustancial de los niveles de aerosol medidos en el ambiente, con un número total de gotas generadas en cada prueba de descarga que ascendía a decenas de miles", explicó Siddhartha Verma, coautor del estudio.
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Tanto el inodoro como el urinario generaron grandes cantidades de gotas de tamaño inferior a tres micrómetros, lo que supone un importante riesgo de transmisión si contienen microorganismos infecciosos. Debido a su pequeño tamaño, pueden permanecer en suspensión durante mucho tiempo, aclararon los autores del estudio.
Las gotas se detectaron a una altura de hasta 1,5 metros durante 20 segundos o más después de iniciar la descarga. Los investigadores detectaron un número menor de gotitas en el aire cuando se tiraba de la cadena con la tapa cerrada, aunque no por mucho, lo que sugiere que las gotitas aerosolizadas se escapaban a través de los pequeños huecos entre la tapa y el asiento.
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El nivel del aerosol en el aire aumentó un 69,5% en el caso de las partículas de 0,3 a 0,5 micrómetros, un 209% en el caso de las partículas de 0,5 a un micrómetro y un 50% en el de las partículas de uno a tres micrómetros.
"El estudio sugiere que la incorporación de una ventilación adecuada en el diseño y el funcionamiento de los espacios públicos ayudaría a prevenir la acumulación de aerosoles en zonas de alta ocupación, como los baños públicos", resumió otro coautor del estudio Manhar Dhanak.
Las gotitas de líquido desempeñan un papel fundamental en la transmisión de diversas enfermedades infecciosas, incluido el COVID-19, de acuerdo a los autores del estudio.