El camino hacia un Mundial de fútbol es una maratón extenuante, un ciclo de cuatro años donde los jugadores se "rompen el lomo" en cada eliminatoria, en cada partido amistoso, buscando ganarse un puesto en la ansiada lista final.
La afición, por su parte, sigue de cerca a sus figuras, a los "cracks" que se consolidan a lo largo del proceso con su rendimiento y constancia.
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Sin embargo, cada cuatro años, justo cuando se acercaba la cita orbital, ocurria un fenómeno que generaba sorpresa: la aparición de "uno o dos nombres de jugadores que nunca estuvieron.
Esos futbolistas que, de la nada, sin haber sido protagonistas constantes en el ciclo previo, se cuelan en la plantilla definitiva, dejando a muchos perplejos y alimentando la eterna pregunta sobre los criterios de selección.
Ricardo Orrego, con su experiencia en el periodismo deportivo, recordó en El Klub de La Kalle, el caso de Víctor Ibarbo en Brasil 2014 como un claro ejemplo de esta situación.
Un jugador que, si bien tenía talento y capacidades notables, no había sido una figura inamovible ni una presencia constante esperada en las etapas previas a la Copa del Mundo, y de repente se encontró vistiendo la camiseta de la Selección en el escenario más grande del fútbol.
Este tipo de situaciones dan pie a interpretaciones y comentarios que van más allá de lo meramente deportivo, sin embargo Orrego no afirmó que esto estuviera pasando o que haya pasado.
En un principio, y en tono jocoso o irónico, describió esta aparición tan repentina como si a estos jugadores "se les apareciera la Virgen", una especie de milagro divino, una bendición inesperada que les abre las puertas del Mundial.
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Pero la conversación no se detiene ahí; la mordacidad y la experiencia de los comentaristas sugieren una influencia más terrenal, una sombra que a menudo se cierne sobre las convocatorias de alto nivel, especialmente en un deporte tan mediático y económicamente poderoso como el fútbol.
La frase, cargada de doble sentido, apunta a la posibilidad de que la gestión y el poder de un "representante o empresario que marca papá" puedan influir decisivamente en la inclusión inesperada de ciertos futbolistas en las listas definitivas para un campeonato mundial.
Esta realidad, aunque no siempre visible o admitida abiertamente con pruebas contundentes, es parte de la dinámica del fútbol de alto nivel y genera controversia cada cuatro años.
Los aficionados, que siguen la trayectoria de los jugadores con pasión y exigen compromiso, esperan ver recompensado el esfuerzo de aquellos que han demostrado constancia y rendimiento durante todo el ciclo clasificatorio.
Ricardo Orrego recordó el caso de Falcao García en 2014, quien, a pesar de haber sido el "héroe de la clasificación frente a Chile en Barranquilla" y una pieza fundamental del equipo, no pudo llegar al campeonato del mundo por una lamentable lesión.
Estas situaciones son parte ineludible del deporte de alto rendimiento y pueden forzar a un técnico a buscar alternativas de último momento, a veces fuera del grupo más constante.
Además de las lesiones, el momento de forma actual de un jugador puede ser un factor determinante. Un futbolista que quizá no fue estelar durante las eliminatorias, pero que llega a los meses previos al Mundial en un estado físico y mental excepcional, con un rendimiento sobresaliente en su club, podría ganarse un puesto por la vía del mérito deportivo actual.
De la misma manera, el balance y la composición del equipo también juegan un papel crucial. Un entrenador puede necesitar un perfil específico de jugador para completar su plantilla, alguien que ofrezca una alternativa táctica particular, que sea polifuncional o que pueda cubrir múltiples posiciones debido a sus características únicas.
A pesar de estas consideraciones válidas, la sombra de la influencia externa, particularmente la de los empresarios, persiste en el imaginario colectivo.
El poder de los representantes en el fútbol moderno es innegable, extendiéndose desde las transferencias de jugadores hasta, según algunos rumores y discusiones en el ambiente, las decisiones de las selecciones nacionales.
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