Con la confirmación de un histórico aumento del salario mínimo de más del 20% en Colombia para 2026, muchos hogares comenzaron a revisar sus finanzas para el próximo año.
Una de las principales preocupaciones entre los inquilinos es si este ajuste se traducirá automáticamente en un mayor pago del arriendo, especialmente en un contexto en el que el costo de vida sigue presionando los presupuestos familiares.
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Aunque la nueva cifra del salario mínimo ha concentrado la atención pública, la relación entre los salarios y el arriendo no es tan directa como muchos creen. De hecho, las reglas que regulan los incrementos en los contratos de arrendamiento están claramente definidas por la ley y dependen de otro indicador económico.
Salario Mínimo y arriendo: qué es lo que realmente fija el límite
A pesar del aumento del 23 % decretado por el presidente Gustavo Petro, el Salario Mínimo no determina cuánto pueden subir el arriendo los propietarios en los contratos vigentes. En Colombia, los ajustes al canon están regulados por la Ley 820 de 2003, que establece que el incremento anual solo puede aplicarse cuando el contrato cumple 12 meses y debe estar atado a la inflación, no al salario.
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Esto significa que, para los inquilinos actuales, la cifra clave es el Índice de Precios al Consumidor (IPC) certificado por el DANE. La inflación de 2025, que se conocerá oficialmente en 2026 tras el cierre de diciembre, es la que define el porcentaje máximo de aumento del arriendo en 2026.
Los datos preliminares ubican este indicador alrededor del 5,30 %, lo que ya permite tener una referencia para los cálculos.
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En consecuencia, aunque el Salario Mínimo tenga un incremento considerable, los arrendadores no están autorizados legalmente a trasladar ese aumento completo al arriendo de los contratos en curso.
Cómo el aumento del Salario Mínimo podría afectar de forma indirecta el arriendo
Aunque los contratos vigentes están protegidos por la ley, el panorama puede ser distinto para quienes firmen un nuevo contrato de arrendamiento. En estos casos, los propietarios sí pueden fijar un canon inicial más alto, argumentando mayores costos asociados a salarios, cueta administrativa, impuestos, mantenimiento o créditos de vivienda que están relacionados con el Salario Mínimo.
Este efecto indirecto no infringe la normativa, ya que la ley permite la libre negociación del valor inicial del arriendo. Por esta razón, quienes estén buscando vivienda en 2026 podrían encontrarse con precios de entrada más elevados, aunque los incrementos anuales posteriores sigan limitados por la inflación.
Así quedarían los valores del arriendo en 2026
Tomando como referencia una inflación estimada del 5,30 %, el impacto en el canon mensual se puede dimensionar con mayor claridad. Un arriendo de $1.000.000 podría aumentar aproximadamente $53.000, quedando en $1.053.000. En el caso de un canon de $2.000.000, el incremento sería cercano a $106.000, para un nuevo valor de $2.106.000. Para quienes pagan $3.000.000, el aumento rondaría los $159.000, alcanzando los $3.159.000.
Es importante recordar que estos incrementos solo pueden aplicarse cuando el contrato cumple un año de vigencia y que la ley prohíbe expresamente los cobros retroactivos. Cualquier intento de hacerlo sería ilegal.
En conclusión, aunque el aumento del Salario Mínimo representa un alivio para muchos trabajadores, su impacto sobre el arriendo está limitado por la ley. La recomendación para los inquilinos es revisar sus contratos, seguir de cerca la cifra oficial de inflación y mantenerse informados para garantizar que cualquier ajuste en 2026 se haga conforme a la normativa vigente.