La icónica elefanta Mali, el último paquidermo en Filipinas, falleció a la edad de casi 50 años después de pasar más de cuatro décadas en el zoológico de Manila.
Mali, también conocida como Vishwamali, fue un regalo de Sri Lanka a la ex primera dama Imelda Marcos en 1977.
El anuncio de la muerte de Mali fue hecho por la alcaldesa de Manila, Honey Lacuna, quien destacó el papel del elefante como fuente de alegría para generaciones de visitantes del zoológico. El veterinario jefe del zoo, Heinrich Patrick Peña-Domingo, reveló que Mali padecía cáncer y problemas en varios órganos, incluyendo hígado y riñones, y se presume que falleció a causa de un paro cardíaco.
Durante años, organizaciones como Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) expresaron preocupaciones sobre las condiciones de vida de Mali, abogando por su traslado a una reserva de elefantes en Tailandia. PETA, en un mensaje en redes sociales, lamentó la muerte de Mali y pidió a Sri Lanka que no envíe otro elefante a Manila, en caso de que las autoridades lo soliciten.
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Mali vivió en soledad desde la muerte de la otra elefanta del zoo, Shiba, hace años. PETA, respaldada por personalidades como Paul McCartney, Pamela Anderson y Jane Goodall, había iniciado una campaña para trasladar a Mali a una reserva en Tailandia, señalando las condiciones inadecuadas de su recinto en el zoo de Manila.
A pesar de las críticas y peticiones de traslado, las autoridades filipinas defendieron durante mucho tiempo que Mali recibía cuidado y afecto en el zoológico, argumentando que no se adaptaría a vivir con otros elefantes. La muerte de Mali destaca la necesidad de revisar y mejorar las condiciones de vida de los animales en cautiverio y reaviva el debate sobre el bienestar de los animales en zoológicos.
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