La muerte de un niño de dos años en marzo de 2024 volvió a poner bajo la lupa la seguridad en la administración de medicamentos en hospitales de Estados Unidos. El caso, ocurrido en Florida y divulgado tras la presentación de una demanda civil, señala que un error en la prescripción y la falta de controles críticos habrían desencadenado la sobredosis que terminó con la vida del menor.
Según los documentos radicados ante la justicia, el niño había sido remitido a un segundo centro médico para recibir atención especializada luego de presentar un cuadro viral acompañado de hipopotasemia. Fue en ese proceso, indica la denuncia, cuando la fórmula destinada a corregir sus niveles de potasio se transcribió con un error decisivo: una dosis indicada como 1,5 mmol quedó registrada como 15 mmol, dos veces al día.
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Una coma omitida y alertas sin atender
El escrito sostiene que la equivocación no fue detectada a tiempo, pese a que el sistema del hospital habría emitido alertas sobre la sobredosis. La familia sostiene que la orden se aplicó sin correcciones y que el menor recibió dos administraciones del suplemento. Tras la segunda aplicación, el niño sufrió un paro cardíaco.
La demanda detalla que, durante la emergencia, se declaró un Código Azul y se intentó intubar al paciente, pero denuncia demoras y varios intentos fallidos. Aunque el corazón del menor recuperó el ritmo de forma espontánea, la falta de oxígeno habría provocado un daño neurológico severo. En los días siguientes, ya en cuidados intensivos y conectado a soporte vital, presentó convulsiones y complicaciones asociadas al estado crítico.
El menor permaneció así durante dos semanas, hasta que la familia tomó la decisión de retirar el soporte vital el 18 de marzo de 2024. Para los demandantes, la secuencia de fallos, desde la receta inicialmente mal escrita hasta la omisión de verificaciones, fue determinante para que el niño no pudiera recuperarse del cuadro viral que motivó la consulta inicial.
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El expediente judicial aporta datos clínicos del ingreso, entre ellos que el niño pesaba 9,5 kilos y requería suplementación por sus niveles bajos de potasio, aunque no en la cantidad finalmente administrada. Por ese motivo, la demanda apunta responsabilidades al médico tratante, al equipo asistencial y al servicio de farmacia del hospital.
El caso reabrió la discusión sobre los errores de medicación y el papel de los sistemas digitales de apoyo clínico. Para la familia, la ausencia de una coma decimal y la desatención de las alertas electrónicas muestran cómo una falla mínima puede derivar en un desenlace fatal.
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