Tras la angustia de no saber nada de su hija por aproximadamente un mes, la valiente madre se disfrazó de indigente y se internó por muchas noches en el barrio San Bernardo para intentar encontrar a la menor Lynda Michelle.
Desde comienzos del mes de diciembre se dio a la tarea de encontrarla, pues, aunque las autoridades también la estaban buscando ya había transcurrido el tiempo y todavía no se sabía del paradero de la niña, por esto tomó la decisión de camuflarse en esta ‘olla’ del centro de Bogotá .
“Decidí cambiar mi aspecto físico, envolverme en una cobija de una mascota para que tuviera muy mal olor, trituré mucho carbón para manchar mi cara, entrar a ese lugar y esconderme para que ellos sintieran que yo hacía parte de ese mundo. Así lo hice cada noche y el lugar en donde siempre me sentaba fue la esquina donde encontraron el cuerpo de la niña, como si tal vez ella siempre me dijera que llegara ahí, a descansar o a escuchar… no lo sé. Todos los días, desde el día 3 de diciembre”, relató a Noticias Caracol .
El contacto frecuente con habitantes de la zona le facilitó ganarse la confianza de algunos de ellos, por lo que logró enterarse del hallazgo del cuerpo de una mujer justo en la zona que ella transitaba, cuerpo que más tarde identificaría como el de su hija.
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Un grupo élite de inteligencia y judicial de la Policía de Bogotá recaudó información que señalaba como los presuntos responsables del homicidio de la niña a los miembros de una banda en la zona que se dedica, desde hace años, al expendio drogas en ese sector del centro de la capital.
Con ayuda de la mamá de la menor asesinada identificaron uno a uno los integrantes de la banda Tazmania, gracias a esto la Policía Metropolitana hizo un operativo y llegaron al escondite del jefe de la banda. En el procedimiento también cayó una mujer sindicada de ser la coordinadora de drogas de la organización y cómplice en el asesinato de la joven Lynda Michelle.
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