
Miguel Uribe y su esposa habían discutido sobre su seguridad; ¿sabía que corría peligro?
María Claudia Tarazona revela la preocupación de Miguel Uribe Turbay por su seguridad antes del atentado; "no puedo hacer nada".

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En entrevista para "Los Informantes", María Claudia Tarazona, esposa del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, rompió el silencio sobre los dolorosos días que vive su familia mientras su esposo se debate entre la vida y la muerte en la Fundación Santa Fe de Bogotá, tras el reciente atentado.
La periodista María Elvira Arango profundizó en aspectos hasta ahora inéditos, revelando que la pareja había discutido previamente los riesgos inherentes a la actividad política de Uribe.
Durante la entrevista, compartió detalles íntimos de la lucha por la vida de Miguel Uribe, desde el momento mismo del ataque. Relató cómo, en la ambulancia que lo trasladaba a la Fundación Santa Fe, iba sosteniendo la cabeza de Miguel.
Uno de los puntos más reveladores de la entrevista giró en torno a la seguridad del senador. María Claudia confirmó que ella y Miguel habían hablado "mucho, mucho" sobre los riesgos que enfrentaba en su carrera política.
"Yo le decía: 'Miguel, estás peleando muy duro y estás muy poco cuidado'", recordó. La respuesta de Uribe Turbay era siempre la misma: "Es que no puedo hacer nada porque es que yo pido, pido y aquí no pasa nada".
La esposa del senador ilustró la precariedad de su protección al mencionar que, en ocasiones, llegaban a foros del Centro Democrático con Miguel "con un policía en taxi", a pesar de la alta exposición que lo convertía en un "blanco fácil".
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Sin embargo, María Claudia aclaró que no habían recibido amenazas concretas antes del atentado, aunque admitió sentir miedo "por los niños y por el papá de Miguel, pues porque son lo que yo más amo".
A pesar de los momentos críticos y " type="text/html" data-cms-ai="0">un diagnóstico inicial devastador de "muerte cerebral" que la llevó a despedirse de su esposo y a dar la trágica noticia a sus hijos, un giro que ella califica de milagro, les devolvió la esperanza.
"Cuando llegué me dice el doctor Hakim: 'Es otro paciente, otro cerebro y Miguel se está recuperando'", narró visiblemente emocionada.
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A pesar de la esperanza, la vida sigue su curso con desafíos adicionales. En medio de la agonía de Miguel, su abuela, doña Nidia Quintero, quien fue como una madre para él tras el asesinato de Diana, falleció a los 93 años el pasado 30 de junio, un golpe adicional para la familia.
María Claudia decidió no informarle a Miguel sobre esta pérdida, considerando que la batalla que libra en la UCI es ya "lo suficientemente difícil".
Actualmente, María Claudia reparte sus días entre las rutinas de sus hijos y su permanencia constante al lado de Miguel en el hospital. Allí, ora, escribe un diario de lo que ocurre y le canta.
Para ella, el dolor se ha convertido en un aliado que la ha humanizado y acercado a Dios, permitiéndole ver "pequeños milagros" en medio del caos.
A pesar de que su esposo permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos con un pronóstico reservado, la familia confía ciegamente en el equipo médico de la Fundación Santa Fe. "Están las mejores manos", afirmó, destacando la bondad y firmeza del Dr. Hakim.
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