Un lamentable caso estremeció a los caleños el pasado domingo 20 de abril, cuando una niña de siete años perdió la vida
tras ahogarse en la piscina de un reconocido centro vacacional en el sector de Pance, al sur de Cali.
El hecho despertó una profunda preocupación entre la ciudadanía y pone en el centro del debate la seguridad en espacios recreativos.
Según información preliminar, la menor fue hallada inconsciente dentro del agua por personal del lugar. A pesar de la pronta intervención del salvavidas y su traslado a la Clínica Valle del Lili, los esfuerzos médicos no fueron suficientes.
La pequeña falleció tras sufrir un paro respiratorio, según confirmaron posteriormente las autoridades de salud.
Testigos del incidente aseguran que la niña, aparentemente extranjera, pudo haber sufrido un golpe en la cabeza antes de caer al agua, lo que podría explicar su estado al momento del hallazgo.
Este detalle es ahora parte clave en la investigación que adelantan las autoridades para esclarecer las causas exactas del fallecimiento y determinar si hubo responsabilidades por parte del establecimiento.
La Secretaría de Gestión del Riesgo de Cali, a través de su titular María Alexandra Pacheco, expresó su solidaridad con la familia y reiteró la importancia de que todos los centros recreativos cuenten con un Plan de Gestión del Riesgo, tal como lo establece el Decreto 2157 de 2017.
Este plan debe garantizar la protección de quienes asisten a estos espacios, en especial niños y adolescentes.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, también se pronunció sobre el trágico suceso. A través de sus redes sociales, manifestó: “Nada duele más que la pérdida de una vida tan inocente. Mi abrazo y solidaridad a su familia. Como ciudad, tenemos la responsabilidad de cuidar a nuestros niños en todo momento y en todo lugar”.
Además, anunció que ordenó una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad en todos los centros recreativos de la ciudad.
En medio del dolor, un video que circula en redes sociales muestra la angustia vivida en el lugar mientras la niña era atendida, lo que ha generado una oleada de mensajes de indignación y llamados a fortalecer las medidas de prevención en piscinas y zonas acuáticas.
La investigación en curso buscará esclarecer si existieron fallas humanas o administrativas. Mientras tanto, este caso ha dejado una marca profunda en la comunidad caleña y ha recordado la urgencia de garantizar entornos seguros para la niñez en todo momento.