Una noticia estremecedora sacudió la tranquilidad de la comunidad en Medellín, donde una monja de 31 años, miembro de la congregaciónde Las Hermanas Teresitas Contemplativas, fue encontrada brutalmente agredida y presuntamente abusada sexualmente en una zona boscosa del corregimiento de San Cristóbal. Las autoridades locales desplegaron una intensa investigación para esclarecer los detalles de este escalofriante suceso que tiene consternada a la ciudad.

La tragedia se desencadenó en la madrugada del pasado martes, 23 de enero, cuando la víctima fue hallada desorientada y sin algunas de sus pertenencias, cerca del convento y monasterio Santa Teresita en San Cristóbal. El informe preliminar de las autoridades señala que la religiosa fue "presuntamente abusada sexualmente" y sometida a múltiples golpes. Además, se realizan exámenes toxicológicos para verificar si le suministraron alguna sustancia que la adormeció.

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, anunció que hay dos sospechosos identificados en relación con el crimen, y las autoridades están trabajando incansablemente para detenerlos. La religiosa, integrante de la congregación, fue encontrada encadenada en cuello y manos, con signos evidentes de tortura, según detalló el diario El Colombiano.

El comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, brigadier general Óscar Lamprea, informó que se activó toda la policía judicial para la investigación y se están recopilando pruebas para identificar a los responsables de este acto atroz. La monja recibió atención médica y se encuentra en estado crítico y con pronóstico reservado en un centro asistencial.

Valeria Molina, titular de la Secretaría de las Mujeres en Medellín, expresó su consternación y aseguró que están "acompañando activamente el caso de la mujer presuntamente víctima de violencia sexual en el corregimiento de San Cristóbal". Molina detalló que el equipo de la Agencia Mujer está activamente involucrado, se ha activado el código fucsia en el servicio de salud y se están llevando a cabo verificaciones en campo.

En medio de la conmoción, la comunidad espera respuestas y justicia para la monja agredida. El caso resalta la necesidad de una acción rápida y efectiva por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, especialmente en entornos considerados seguros como un convento religioso. La ciudadanía, atónita por esta tragedia, sigue de cerca los avances en la investigación y espera que se haga justicia en este caso tan desgarrador.

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