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El 10 de octubre de 2024, el narcotraficante colombiano Oscar Camargo, conocido como alias Pichi, logró evadir a las autoridades mientras cumplía una medida de detención domiciliaria en Medellín.
Este evento ha generado una lluvia de críticas y cuestionamientos sobre la eficacia del sistema de justicia en el país.
La situación se complica aún más al recordar que alias Pichi no es ajeno a la fuga, ya que en 2015 había protagonizado otra escapatoria desde una cárcel en Girón, Santander.
Su apodo de 'el Pablo Escobar de Bucaramanga' ha llevado a las autoridades a intensificar sus esfuerzos para su recaptura.
Por su parte, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, expresó su indignación a través de las redes sociales, criticando el sistema de justicia que parece otorgar privilegios a criminales como alias Pichi.
“Mientras los alcaldes, de la mano de la fuerza pública, perseguimos a los criminales más peligrosos, el sistema los premia y los llena en exceso de privilegios”, expresó.
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Con un historial delictivo que incluye el control del tráfico de drogas en Bucaramanga y ahora una fuga que dejó en evidencia la vulnerabilidad del sistema, el caso de alias Pichi es un claro ejemplo de los retos que enfrenta el país en la lucha contra el crimen organizado.
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