Alerta por asteroide que impactaría en la Luna; causaría lluvia de meteoritos en la Tierra
El asteroide que alguna vez que preocupó por un posible impacto en la Tierra, ahora fija su mirada en la Luna, transformando una potencial catástrofe en una oportunidad científica histórica.
Descubierto por primera vez el 27 de diciembre de 2024 desde el Observatorio El Sauce en Chile, este cuerpo celeste, con un diámetro estimado de entre 40 y 90 metros —o aproximadamente la altura de un edificio de 10 a 15 plantas—, puso inicialmente al mundo en vilo.
Sin embargo, tras un seguimiento exhaustivo y cálculos detallados, incluyendo datos cruciales del Telescopio Espacial James Webb, la amenaza para nuestro planeta fue completamente descartada en marzo.
El 2024 YR4 ya no representa un peligro directo para la Tierra. Pero la historia de este errante espacial tomó un giro fascinante: su nuevo objetivo parece ser la Luna.
¿Qué pasa si el asteroide 2024 YR4 choca con la Luna?
Las estimaciones más recientes de la NASA, junto con un estudio de las universidades canadienses de Western Ontario y Athabasca, indican que existe una probabilidad del 4.3% de que el asteroide 2024 YR4 impacte la Luna el 22 de diciembre de 2032.
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Si esto llegara a ocurrir, no sería un evento cualquiera; se convertiría en el impacto lunar más grande en los últimos 5,000 años, prometiendo consecuencias tanto visibles como técnicas para nuestro planeta.
Lejos de ser motivo de alarma generalizada, para la comunidad científica este posible choque es visto como una "oportunidad única de estudio" y un "experimento científico fantástico".
Juan Luis Cano, coordinador del servicio de información de la Agencia Espacial Europea (ESA), enfatiza que nunca antes se ha observado un objeto de este tamaño impactando la Luna.
Michael Küppers, científico responsable de la misión, asegura que "no hay probabilidad de riesgo" para la Tierra, pero el evento permitiría "avanzar en el conocimiento de cómo se producen los impactos espaciales", ayudando a "entender bien el proceso del impacto" y revelando "propiedades del asteroide".
Cuáles serían las consecuencias de un impacto lunar
Aunque el impacto en la Luna no representaría un peligro físico significativo para la Tierra, las ramificaciones podrían ser notables:
Un nuevo cráter: El choque crearía un nuevo cráter de aproximadamente 1 kilómetro de ancho, comparable al tamaño del Meteor Crater en Arizona.
Expulsión de escombros: El impacto expulsaría toneladas de escombros y material lunar pulverizado al espacio. Se estima que podría liberar hasta 108 kilogramos de rocas y polvo lunar.
Lluvia de meteoritos en la Tierra: Una fracción de esos fragmentos, en forma de partículas pequeñas (de 0.1 a 10 milímetros), podría alcanzar la atmósfera terrestre, generando una lluvia de meteoritos intensa y llamativa que duraría varios días o incluso meses. Los expertos aseguran que estas partículas no representan "absolutamente ningún peligro para nadie en la superficie" de la Tierra, ya que nuestra atmósfera nos protegería eficazmente.
Amenaza a satélites: Sin embargo, la mayor preocupación radica en el espacio. Cientos o miles de impactos de estos escombros de tamaño milimétrico podrían afectar la vasta flota de más de 10,000 satélites en órbita terrestre baja y las más de 25,000 piezas de basura espacial. Los satélites podrían experimentar el equivalente a 10 años de exposición a escombros de meteoritos en solo unos pocos días, con posibles daños a paneles solares u otras partes delicadas. Esto podría llevar a una pérdida temporal de comunicación y navegación.
Riesgos para misiones lunares: El evento también pondría en riesgo futuras misiones lunares, como la estación orbital Lunar Gateway de la NASA, así como cualquier operación activa en la superficie del satélite natural, o incluso astronautas que pudieran estar presentes.
Los científicos no creen que el evento desencadene un "síndrome de Kessler" (una cascada incontrolable de colisiones de escombros), pero sí subraya la dependencia de la humanidad de una infraestructura espacial vital.
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Foto: Creada con Labs.google
Cómo vigilan al asteroide 2024 YR4
El caso del 2024 YR4 ha reforzado la importancia de la defensa planetaria. Inicialmente, fue un "estudio de caso" para entender el trabajo crucial de descubrir y rastrear asteroides.
Ahora, este asteroide podría redefinir el rango de riesgos estudiados, ampliando el alcance para incluir el monitoreo de objetos que también podrían dirigirse a la Luna.
Como señala el Dr. Paul Wiegert de la Universidad de Western Ontario, "tal vez necesitemos extender ese escudo un poco más" para proteger lo que está más allá de la Tierra.
Actualmente, el 2024 YR4 se encuentra demasiado alejado para ser observado desde la Tierra, pero su órbita será reevaluada en 2028, cuando se aproxime nuevamente al planeta.
Una propuesta para usar el Telescopio James Webb en 2026 ha sido aprobada, lo que daría a los científicos dos años adicionales para prepararse.
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Países como China y Japón ya han comenzado a crear sus propias agencias de defensa planetaria, mientras que la NASA y la ESA continúan desarrollando misiones capaces de desviar este tipo de objetos.
Un ejemplo exitoso es la misión DART de la NASA, que en 2022 impactó intencionalmente el asteroide Dimorphos, demostrando que un impacto cinético puede alterar el movimiento de un objeto celeste.
Los próximos telescopios, como el NEO Surveyor de la NASA y el satélite NEOMIR de la ESA, reducirán el "punto ciego" actual de los telescopios terrestres, permitiendo la detección de asteroides más cercanos al Sol y con mayor antelación.
De hecho, el NEOMIR habría detectado el 2024 YR4 aproximadamente un mes antes que los telescopios terrestres, lo que habría permitido descartar la amenaza terrestre mucho antes.
El impacto de un asteroide es considerado el "único desastre natural de gran escala que la humanidad podría prevenir".
El 2024 YR4, con su trayectoria incierta pero su impacto potencial en la Luna, se ha convertido en un recordatorio vívido de la importancia de la vigilancia constante y la evolución de nuestras capacidades de defensa planetaria.