
El proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno de Gustavo Petrocontinúa avanzando. Aunque ha recibido críticas y advertencias, como la del Banco de la República, que estima que podría eliminar hasta 450.000 empleos formales, la Plenaria de la Cámara de Representantes ya ha aprobado más de la mitad de los artículos en segundo debate, y se espera que pronto pase al Senado.
Uno de los ejes de la propuesta es la formalización del empleo doméstico, un sector que en Colombia agrupa a cerca de 700.000 personas, según datos del DANE. La reforma establece que quienes laboran en este ámbito, en su mayoría mujeres pero también hombres, deberán ser contratados mediante un documento escrito.
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Este cambio representa un avance significativo en el reconocimiento de sus derechos laborales. La propuesta se alinea con el Convenio 189 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el cual exige que el empleo doméstico esté respaldado por un contrato formal.
Contenido del contrato
El contrato deberá contener no solo información básica como el salario y el tipo de trabajo, sino también detalles sobre la duración del vínculo laboral y los beneficios adicionales.
Estos acuerdos deberán ser transparentes y accesibles para ambas partes, con el fin de evitar incumplimientos. La Subcomisión de Seguimiento del Convenio 189 de la OIT será la encargada de supervisar la correcta aplicación de estas normas, mientras que la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, junto a las organizaciones más representativas del sector, velará porque las medidas tengan el impacto deseado.
Los contratos también deberán ser inscritos en el Ministerio de Trabajo, lo que permitirá hacer seguimiento a su cumplimiento y a cualquier cambio en las condiciones laborales, como las horas extra.
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Plazo para el registro
El Ministerio del Trabajo contará con un plazo de seis meses desde la publicación de la ley para implementar mecanismos digitales que faciliten el registro de estos contratos. Esto permitirá llevar un control detallado de los cambios en las relaciones laborales y asegurará una adecuada supervisión.
Además, se establece que los contratos, sean por tiempo fijo o por obra, tendrán restricciones en cuanto a su renovación. Cuando se cumpla cierto límite, la relación laboral deberá convertirse en un contrato indefinido, lo que busca brindar mayor estabilidad al trabajador.

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El Ministerio del Trabajo será el encargado de definir las reglas específicas para el registro, asegurando que se respeten los derechos de las trabajadoras domésticas y evitando prácticas abusivas. El cumplimiento de estas normas será obligatorio y su incumplimiento conllevará sanciones.
Participación de organizaciones laborales
La reforma también resalta la importancia de contar con organizaciones de trabajadoras del servicio doméstico. Estas agrupaciones podrán dialogar con el Gobierno sobre cómo implementar mejor las nuevas disposiciones. El objetivo es crear un entorno laboral digno y seguro, donde las trabajadoras no solo tengan derechos, sino también los medios para hacerlos valer en caso de conflicto.
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A pesar de los avances que plantea la reforma, aún queda mucho por hacer. Una gran parte de las empleadas domésticas en el país sigue sin contar con un vínculo laboral formal, lo que las priva de acceso a beneficios sociales y de protección frente a despidos injustificados, entre otros derechos fundamentales.
Por ello, esta reforma busca establecer un marco legal que proteja a un grupo históricamente desprotegido, garantizando condiciones laborales más justas y seguras.
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