
Cada año, la Semana Santa cambia de fecha y esto genera confusión entre muchos creyentes y curiosos. Algunos años se celebra en marzo y otros en abril, lo que lleva a preguntarse: ¿por qué no tiene una fecha fija como la Navidad?
La respuesta se remonta a siglos de tradición religiosa, cálculos astronómicos y decisiones del calendario eclesiástico.
La Semana Santa conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. A diferencia de la Navidad, que se celebra el 25 de diciembre sin importar el día de la semana, la Pascua —día central de la Semana Santa— se calcula en función del calendario lunar, no del solar.
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Este sistema se remonta al Concilio de Nicea, realizado en el año 325 d.C., donde se decidió que la Pascua de Resurrección se celebraría el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera (21 de marzo en el hemisferio norte).
¿Cómo se calcula la fecha exacta de Semana Santa?
Con base en esa regla, la Pascua puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Por ejemplo, si la luna llena ocurre el 21 de marzo y ese día es sábado, la Pascua será el domingo 22.
Si, en cambio, la luna llena cae el 18 de abril y el siguiente domingo es el 24, entonces esa será la fecha. Todo depende de los ciclos lunares de cada año, que no coinciden exactamente con los días del calendario solar que usamos en la vida cotidiana.

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Calendario lunar vs. calendario gregoriano
La diferencia entre el calendario lunar y el gregoriano (el que rige en la mayoría del mundo occidental) es otra razón de la variación.
Mientras que el calendario gregoriano se basa en el ciclo solar (365 días), el lunar sigue las fases de la luna (unos 29,5 días por mes), lo cual genera un desfase que requiere ajustes periódicos y da lugar a fechas móviles para celebraciones como la Semana Santa.
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Este movimiento de fechas no solo afecta a los fieles que participan en las celebraciones religiosas, sino también a los calendarios escolares, las vacaciones laborales, el turismo y las tradiciones populares en varios países.
Por eso, cada año se espera el calendario litúrgico para saber cuándo será Jueves Santo, Viernes Santo y el Domingo de Pascua.
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La Semana Santa no tiene una fecha fija porque su celebración está determinada por un cálculo astronómico que toma en cuenta la luna llena y el equinoccio de primavera.
Esta regla, establecida hace más de 1.600 años, garantiza que la Pascua siempre se celebre en domingo, pero en fechas variables que pueden caer entre marzo y abril. Esta combinación de ciencia, religión y tradición mantiene viva una de las festividades más importantes del cristianismo.
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