En el mundo del vallenato, Nelson Velásquez, la voz del vallenato romántico, acumuló un sinnúmero de anécdotas a lo largo de su extensa carrera.
En una reveladora conversación en el programa Sin Filtro de SEMANA, el artista guajiro compartió diversas situaciones vividas en los escenarios, desde las más "bonitas" hasta las que pusieron en riesgo su propia existencia.
Puedes leer: Durante una propuesta de matrimonio en el concierto de Nelson Velásquez, llegó la otra
Aunque en los conciertos suelen ocurrir situaciones curiosas, como que le arrojen sostenes que luego la dueña reclama, Velásquez rememoró un evento específico que lo hizo sentir que su vida peligraba de forma inminente.
El suceso tuvo lugar durante una fiesta privada organizada por un "personaje" para su pareja. La invitada, aparentemente excedida en el consumo de licor ("se pasó de traguitos"), comenzó a coquetearle y "echarle los perros".
La insistencia escaló con mensajes y papelitos enviados a través de una amiga, proponiéndole un encuentro en una "pesebrera". Velásquez confesó que en ese momento era muy joven y no dimensionaba el peligro. Estaba "a punto de acceder" y de cometer una equivocación fatal.
En el instante preciso en que el cantante se dirigía a la cita ("estaba caminando para ir a la cita"), un escolta del anfitrión, que había estado observando la situación, se le acercó para darle una advertencia que le heló la sangre.
Puedes leer: Nelson Velásquez rompió silencio tras cumplir un año del fallecimiento de Omar Geles
El escolta le reveló la gravedad de la situación, mencionando la admiración de su madre por el artista como motivación para hablar:
“El patrón ya sabe todo, se lo digo porque mi mamá es seguidora. Si usted va, aquí lo matan y aquí se queda”.
Impactado por el nivel de amenaza, Velásquez reconoció que el aviso del escolta fue crucial. De no haberle advertido lo que estaba sucediendo, se habría "equivocado" y eso hubiera significado el “fin de su carrera musical”.
El cantante vallenato sostuvo que las fiestas privadas, especialmente hace dos décadas, conllevaban riesgos y que uno "tiene que tropezar con muchas de estas cosas".
Además de enfrentar el peligro personal, también recordó cómo algunos contratantes en posiciones de poder abusaban de él, obligándolo a cantar hasta cuatro horas o más sin querer pagar lo acordado.
No obstante, Velásquez afirmó que los tiempos han cambiado y que este tipo de incidentes, especialmente en las contrataciones privadas, ya no son tan frecuentes como lo eran antes.