El 19 de septiembre de 2024 quedó marcado como un día de profunda tristeza para el panorama del humor colombiano, pues se confirmó la muerte de Fabiola Posada, conocida cariñosamente como La Gorda Fabiola.
Tras décadas cautivando a audiencias con su estilo inconfundible, su partida a los 61 años dejó una marca la televisión nacional. Para su compañero de vida, el comediante Polilla, el duelo ha sido doloroso y difícil de asimilar.
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En medio de un homenaje realizado cerca del primer aniversario de su deceso, Nelson Polanía ("Polilla") y David Polanía (hijo de la pareja) asistieron al programa ‘Distinto pódcast’ y sacaron a la luz las últimas advertencias y peticiones que La Gorda Fabiola hizo días antes de morir.
De manera que tanto su esposo como su hijo calificaron como premonitoria, la actriz y humorista preparó meticulosamente su aspecto físico poco antes de su fallecimiento.
Según el testimonio de David Polanía, ella se arregló a conciencia para ese momento final: “Ella se arregló, quizás para ese momento, yo lo quiero pensar así porque días antes se hizo las uñas, se arregló las extensiones, se hizo las pestañas, ella ya se estaba preparando para algo y estaba divina”.
Este deseo de lucir impecable tenía una razón de peso, ya que La Gorda Fabiola había manifestado en vida su deseo de verse "bien bonita" al morir.
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A este relato se sumó Polilla, quien reveló la advertencia específica que Fabiola le hizo sobre cómo debía ser presentada en su funeral.
La humorista le pidió a Polilla que, si existía la posibilidad de mostrarla en un velorio, ella debía verse "bien bonita". La Gorda Fabiola fue enfática en su exigencia, ya que consideraba que este sería su último acto público: “Me dijo que se debía ver hermosa porque esa iba a ser su última presentación”, concluyó Polilla.
De no cumplir con esta condición de belleza, la consecuencia sería hilarante, pero definitiva: “Me advirtió que no la fuera a mostrar sin maquillaje o mal vestida, porque me iba a halar las patas”.
Polilla, quien no aguantó las lágrimas al recordar a su esposa, aseguró que el deseo de Fabiola se cumplió: “Ella estaba divina, estaba hermosa, hasta con una sonrisa quedó”.
Así, la personalidad espontánea y carismática de La Gorda Fabiola quedó plasmada incluso en sus exigencias finales, dejando a sus seres queridos con el recuerdo de una mujer que quería dejar una imagen inolvidable, incluso en su despedida.