La artrosis es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo, especialmente entre adultos mayores. La patología genera dolor y rigidez en las articulaciones debido al desgaste progresivo del cartílago que protege los huesos, lo que disminuye notablemente la calidad de vida.
En la búsqueda de alivio, cada vez son más las personas que optan por alternativas naturales y complementarias a los tratamientos convencionales, siendo el orégano una de las plantas que ha captado gran atención por sus posibles beneficios.
El orégano, conocido por sus usos en la cocina mediterránea, posee una alta concentración de antioxidantes y compuestos antiinflamatorios que han demostrado ser útiles en el alivio de los síntomas de la artrosis.
Investigaciones han señalado que sus componentes, especialmente el carvacrol y el timol, actúan reduciendo la inflamación en las articulaciones, uno de los principales causantes del dolor en pacientes con artrosis.
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Estos compuestos también ayudan a proteger las células contra el daño oxidativo, que suele contribuir al desgaste articular.
Uno de los beneficios menos conocidos del orégano es su capacidad para estimular la producción de colágeno en el organismo.
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Este componente es esencial para la salud de la piel, tendones y articulaciones, pues brinda estructura y elasticidad. En personas con artrosis, la producción de colágeno suele estar disminuida, lo que empeora la degeneración de los tejidos conectivos y agrava el dolor.
El uso de orégano como complemento nutricional o en forma de aceite esencial puede favorecer la recuperación de colágeno, fortaleciendo el cartílago y mejorando la movilidad.
Su efecto estimulante sobre el colágeno ha sido respaldado por diversas investigaciones, que apuntan a que esta hierba no solo alivia el dolor, sino que también contribuye a preservar la estructura de las articulaciones en el tiempo.
Para aquellos interesados en probar el orégano como apoyo en el tratamiento de la artrosis, la forma de consumo puede variar según preferencias y necesidades.
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Desde un punto de vista culinario, agregar orégano fresco o seco a las comidas no solo enriquece el sabor, sino que también permite que el cuerpo aproveche sus beneficios antioxidantes.
Alternativamente, el aceite esencial de orégano, en dosis controladas, también puede ser una opción eficaz para quienes buscan un apoyo más concentrado.
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El orégano, mucho más que una simple hierba culinaria, representa una opción prometedora para el alivio del dolor y la protección de las articulaciones en personas con artrosis.
Sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad de estimular la producción de colágeno lo convierten en un aliado natural en el tratamiento de esta condición.
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