En Bogotá , las cámaras de fotomultas han desatado un debate sobre su verdadero propósito. Aunque se presentan como herramientas para mejorar la seguridad vial, muchos conductores creen que están más orientadas a generar ingresos mediante multas. El problema radica en la señalización insuficiente que dificulta a los conductores anticipar su presencia.
Con 129 cámaras de fotodetección instaladas en la capital, de las cuales 92 son cámaras salvavidas y 37 son semiautomáticas del Centro de Gestión de Tránsito (CGT), la controversia está en aumento. El experto en movilidad Señor Biter ha sido uno de los críticos más conocidos, destacando en sus redes sociales cómo la colocación de estas cámaras y sus señales no son siempre visibles a los conductores.
Biter ha expuesto que muchas de estas cámaras están estratégicamente ocultas detrás de postes o árboles, lo que impide que los conductores las vean a tiempo. "La eficacia de una cámara de fotomulta se reduce significativamente si está oculta", señala Biter. Además, ha mostrado que la señalización a menudo está bloqueada por elementos del entorno, lo que dificulta su detección.
Para Biter, la ubicación de las cámaras plantea una trampa para los conductores. "Muchas veces, la señalización está colocada de manera que no es visible hasta que ya es demasiado tarde. Las cámaras están diseñadas para captar infracciones solo después de que el conductor ha pasado el punto de control", explica. Esta falta de visibilidad contribuye a la percepción de que las cámaras están más orientadas a recaudar fondos que a mejorar la seguridad.
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La Secretaría de Movilidad de Bogotá ha defendido la instalación y señalización de las cámaras, afirmando que cumplen con todas las normativas vigentes y que su objetivo principal es la seguridad vial. Sin embargo, los conductores continúan expresando su descontento, sintiendo que estas medidas son injustas y meramente recaudatorias.
La petición de los ciudadanos es clara, quieren una revisión exhaustiva de las políticas de instalación y señalización de las cámaras de fotomultas para asegurar que su propósito sea verdaderamente la seguridad vial y no solo una fuente de ingresos. La transparencia en estas prácticas es fundamental para ganar la confianza de los conductores y garantizar que las medidas implementadas realmente contribuyan a una conducción más segura en Bogotá.
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