El reciente incremento en los niveles delos embalses del sistema Chingaza, específicamente en Chuza y San Rafael, ha dado un respiro significativo a la capital colombiana y sus alrededores. Las abundantes lluvias y el compromiso de los ciudadanos en la reducción del consumo de agua han permitido superar la alerta amarilla de desabastecimiento, marcando una tendencia alentadora para el futuro hídrico de la región.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, respondió a esta mejora anunciando una revisión de las medidas de racionamiento de agua, que se detallarán este miércoles 26 de junio por la mañana. Según información preliminar, aunque la restricción no se levantará por completo, se implementarán modificaciones que la harán más flexible, con el objetivo de continuar con la recuperación de los embalses sin comprometer el abastecimiento.
El anuncio fue realizado a través de la cuenta de X del alcalde, donde se reconoció el esfuerzo de la ciudadanía desde que se iniciaron las restricciones el pasado 11 de abril. En aquel momento, Bogotá se dividió en nueve zonas, cada una de las cuales enfrentaba un corte de agua de 24 horas una vez cada nueve días. La administración ha considerado cambiar este esquema a uno en el que el racionamiento sea con mayores lapsos de tiempo.
El propósito principal de estas medidas es reducir la presión sobre el sistema Chingaza, que provee el 70% del agua potable a Bogotá y sus municipios aledaños. Actualmente, los embalses han alcanzado el 41% de su capacidad. La meta es elevar este nivel al 70% para octubre, asegurando así un suministro adecuado para el próximo año. Por esta razón, las restricciones no se levantarán por completo.
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Natasha Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá, afirmó que las medidas de racionamiento seguirán vigentes hasta octubre de 2024, incluso si las lluvias mejoran significativamente los niveles de los embalses. La estrategia busca una solución duradera frente a la variabilidad climática y no una respuesta temporal a la crisis.
"Hemos intentado transmitir este mensaje desde el principio junto al alcalde: esto no es solo para superar una crisis a corto plazo. No se trata de que, porque comenzó a llover, volvamos a consumir los 17 metros cúbicos por segundo que consumíamos antes. Este es un cambio necesario en nuestra relación con el agua a largo plazo, especialmente con los eventos de sequía cada vez más frecuentes y severos debido al cambio climático", explicó Avendaño en una entrevista con Blu Radio.
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La administración de la ciudad sigue apelando al compromiso de los ciudadanos para mantener el consumo en 15 metros cúbicos, una meta que se alcanzó solo un mes después del inicio de las restricciones. A pesar de que el consumo promedio ha bajado de 17,3 metros cúbicos segundo a casi 16 metros cúbicos por segundo, el esfuerzo colectivo ha sido crucial para los avances observados.
Así nos fue la semana pasada con el agua en Bogotá. Mañana haremos anuncios importantes sobre el racionamiento y los siguientes pasos para la ciudad. pic.twitter.com/0sSUc6GmD7
— Carlos F. Galán (@CarlosFGalan) June 25, 2024