Durante siglos, la humanidad ha organizado su vida bajo una regla inquebrantable: el día tiene 24 horas. Sin embargo, recientes estudios científicos han puesto sobre la mesa una idea que parece salida de la ciencia ficción, pero que tiene bases sólidas en la física y la astronomía.
Investigaciones lideradas por universidades europeas y norteamericanas indican que la rotación de la Tierra se está desacelerando lentamente, lo que, en un futuro muy lejano, podría hacer que los días duren más de lo que hoy conocemos.
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Aunque la noticia ha generado sorpresa e incluso preocupación en redes sociales, los expertos aclaran que no se trata de un cambio inmediato ni de algo que afecte la rutina de las generaciones actuales.
Se trata, más bien, de un proceso natural que ha ocurrido desde el nacimiento del planeta y que continúa de forma casi imperceptible.
25 Horas: un cambio silencioso en la rotación del planeta
De acuerdo con estudios realizados mediante relojes atómicos y registros geológicos, la Tierra no gira exactamente en 24 horas. En realidad, su rotación completa dura 23 horas, 56 minutos y algunos segundos.
Esa pequeña diferencia se ajusta debido al movimiento del planeta alrededor del Sol, lo que permite que nuestros relojes mantengan el ciclo que conocemos.
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Investigadores de la Universidad Técnica de Múnich y de la Universidad de Toronto coinciden en que el planeta se está desacelerando de forma gradual.
Este fenómeno está relacionado con múltiples factores, como los movimientos internos del núcleo terrestre, la redistribución de masas por el deshielo de los polos y, especialmente, la interacción gravitacional con la Luna. Las mareas que se generan en los océanos actúan como un freno natural que ralentiza el giro terrestre.
25 Horas y la historia de un planeta en constante cambio
Lejos de ser una anomalía moderna, la duración del día ha cambiado drásticamente a lo largo de la historia del planeta. Hace unos 4.500 millones de años, cuando la Tierra era joven, un día duraba apenas 10 horas. Con el paso de millones de años, ese tiempo fue aumentando: hace 2.000 millones de años, una jornada alcanzaba cerca de 19,5 horas.
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Los científicos señalan que esta tendencia continuará si las condiciones actuales se mantienen. De acuerdo con proyecciones basadas en modelos matemáticos y observaciones astronómicas, los días de 25 Horas podrían llegar dentro de aproximadamente 200 millones de años. Es decir, se trata de un escenario a muy largo plazo que no representa una amenaza inmediata para la humanidad.
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La NASA y otros organismos espaciales han explicado que estos cambios no alterarían de forma abrupta la vida en la Tierra, pero sí tendrían implicaciones en los calendarios, los sistemas de medición del tiempo y, eventualmente, en los ritmos biológicos de los seres vivos. Aun así, los ajustes serían tan lentos que permitirían una adaptación progresiva.
En conclusión, aunque la idea de que los días se alarguen puede resultar impactante, la ciencia deja claro que el planeta siempre ha estado en transformación.
Más que una señal de alarma, este fenómeno es un recordatorio de que la Tierra es un sistema dinámico, donde incluso el tiempo, tal como lo conocemos, no es una constante eterna.