Tras 11 años de incertidumbre y búsqueda incansable, la familia de Rodrigo Fernando Jiménez Quiñones, un indígena desaparecido en el municipio de Tumaco, finalmente pudo recibir y despedir dignamente el cuerpo sin vida del joven. La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) informó este martes sobre este doloroso pero significativo reencuentro.
Rodrigo se convirtió en una de las numerosas víctimas de desaparición forzada en Colombia, perdiendo la vida en medio de las hostilidades del conflicto armado en Tumaco, Nariño. Su familia y comunidad pudieron realizar una despedida digna para honrar su memoria.
La desaparición del hombre se dio el 7 de julio de 2012, cuando hombres armados citaron a los habitantes de la comunidad de La Brava a una reunión en la que participó Rodrigo. Desde ese día, su paradero fue desconocido. Dora Vargas, miembro del equipo territorial de la UBPD en Tumaco, destacó que este acto de entrega digna es el primero de este tipo realizado por la entidad en el Pacífico nariñense.
La madre de Rodrigo, Herminia Jiménez, emprendió una incansable búsqueda, incluso fundando la Asociación de Familiares Víctimas de Desaparecidos 'Luz de Esperanza'. A pesar de los desafíos y la inseguridad en la zona, su determinación no disminuyó.
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Herminia compartió emocionados recuerdos de su hijo, destacando gestos cotidianos que atesoraba: "Él me tocaba los pies cuando me llevaba el café en las mañanas, antes de irse a trabajar".
"Después de tanta lucha, estás aquí y descansa mi corazón", expresó Herminia al celebrar la llegada del cuerpo al cementerio. El cuerpo de Rodrigo fue recuperado en diciembre de 2021 junto a otros dos cuerpos, pero la identificación se confirmó en julio de este año.
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La comunidad se regocija al poder despedir a Rodrigo con una ceremonia acorde a sus costumbres y prácticas funerarias. La desaparición forzada de Rodrigo representa uno de los 1.798 casos en el Pacífico nariñense que la UBPD actualmente busca en Colombia.
La UBPD, encargada de buscar a las 103.955 personas reportadas como desaparecidas en Colombia hasta 2016, sigue su labor en la búsqueda de aquellos que aún no han sido encontrados, brindando un rayo de esperanza a familias que han vivido en la angustia de la incertidumbre durante demasiado tiempo.