
El detalle que el hotel ocultó a la familia en el caso de San Andrés; esclarecería muertes
La familia de la pareja fallecida en San Andrés recogió objetos con fuerte olor que podrían revelar a qué sustancia estuvieron expuestos.

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Orlando Canro regresó a Bogotá con el corazón en pedazos y una bolsa de basura en las manos. Esa bolsa negra no es común: adentro lleva parte de lo que quedó de la habitación 404 del hotel Portobelo en San Andrés, donde su hija, su yerno y su pequeño nieto fueron encontrados sin vida el pasado 11 de julio.
“Es mi única evidencia”, repite con firmeza, convencido de que en ese contenido puede estar la clave para entender lo que ocurrió en la isla.
Todo comenzó como un viaje familiar. Viviana, estilista de profesión, quiso sorprender a sus padres con unas vacaciones en el Caribe para celebrarles el Día del Padre y el Día de la Madre. Nada hacía pensar que ese regalo terminaría en tragedia. El viernes 11 de julio, Orlando fue a despertar a su hija y su familia con dos tintos en las manos. Golpeó la puerta varias veces. Nadie respondió. Fue hasta la recepción, pidió una llave maestra y al abrir se topó con lo inesperado.
Viviana yacía en el suelo, mientras su pareja, Tito Nelson, y el pequeño Kevin estaban en la cama, como si aún durmieran. “Una escena macabra”, así la describió Orlando en entrevista con Noticias Caracol. Desde ese momento, su vida cambió para siempre.
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En medio del caos, Orlando decidió recoger algunas pertenencias del cuarto donde ocurrió todo. Metió ropa y objetos personales en una bolsa negra de basura, la misma que hoy conserva con recelo como si fuera una pieza de evidencia forense. El olor que emana del contenido, asegura, es fuerte, y por eso quiere que las autoridades revisen todo a fondo. Cree que en esas prendas puede haber rastros de lo que haya provocado la muerte de sus seres queridos.
Una de las líneas de investigación apunta a una posible intoxicación. Según la familia, antes de ser encontrados sin vida, presentaron vómito, deshidratación y malestar. El abuelo del menor también reveló que la habitación estaba en mal estado: sucia, sin toallas, sin papel higiénico. Incluso, Viviana pidió cambio de cuarto por humedad, pero no fue posible debido a la alta ocupación, según el hotel.
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Lo que más indignación causa en la familia es que se enteraron por los medios de comunicación que la habitación había sido fumigada una semana antes del fallecimiento. Para CityTV, Orlando Canro relató que ni él ni su esposa fueron informados de ese detalle mientras estuvieron en la isla.
Solo al llegar a Bogotá y ver los comunicados de prensa se enteraron de que el hotel Portobelo había solicitado a la empresa encargada del procedimiento que revelara qué sustancia usó en la fumigación.
Hasta ahora, la familia asegura que no ha recibido una explicación clara ni del hotel ni de las autoridades. El hotel, en un comunicado, sostuvo que había cooperado con los entes competentes, pero no explicó por qué ese dato no fue informado a los huéspedes directamente afectados.
Orlando espera que el fiscal que asumirá el caso en Bogotá revise todo lo que ha traído desde San Andrés, incluidas las prendas contaminadas, los objetos personales y los registros médicos. La investigación continúa, pero para la familia Martínez Canro, ese dato oculto sobre la fumigación podría ser una pista determinante para entender por qué un viaje de descanso terminó en tragedia.
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