
En un insólito caso de fraude, una mujer identificada como Laura McPherson, de 35 años, engañó a su pareja durante cinco años, fingiendo padecer cáncer terminal. La estafa le permitió recaudar grandes sumas de dinero, las cuales utilizó para financiarse una cirugía de aumento estético y otros tratamientos estéticos.
Según informaron medios británicos, McPherson convenció a su novio de que estaba gravemente enferma y que necesitaba dinero para pagar quimioterapias y otros tratamientos médicos.
Para hacer su historia creíble, falsificó documentos médicos, se rapó el cabello y publicó fotos en redes sociales donde aparentaba estar recibiendo quimioterapia. Además, usó lenguaje médico técnico en sus conversaciones con amigos y familiares, quienes confiaban en la gravedad de su situación sin cuestionarla.
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La mujer incluso organizó eventos benéficos y recaudó fondos de familiares y amigos bajo la promesa de que los usaría para combatir su supuesta enfermedad.
En algunos casos, llegó a solicitar dinero directamente a conocidos, argumentando que su tratamiento estaba en una fase crítica y que sin apoyo financiero su vida corría peligro. Sin embargo, una investigación posterior reveló que el dinero fue destinado a una cirugía estética, tratamientos para bajar de peso y sesiones en spas de lujo.
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El engaño fue descubierto cuando el novio comenzó a sospechar de inconsistencias en los informes médicos que ella presentaba. Además, en varias ocasiones evitó visitas médicas acompañada de su pareja, lo que generó más dudas.
Finalmente, el hombre decidió investigar y descubrió que McPherson nunca estuvo en tratamiento oncológico. Tras confrontarla, la mujer intentó sostener su mentira, pero finalmente fue denunciada ante las autoridades.
Un tribunal británico dictaminó que McPherson deberá cumplir una orden comunitaria de dos años y 30 días de libertad condicional bajo monitoreo electrónico. Además, la mujer enfrenta una condena social severa tras la revelación de su engaño, ya que muchas de las personas que la ayudaron expresaron su indignación al conocer la verdad.
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Este caso reaviva el debate sobre las falsas campañas de recaudación de fondos y cómo personas inescrupulosas pueden aprovecharse de la solidaridad ajena para obtener beneficios personales. Situaciones como esta resaltan la importancia de verificar la autenticidad de las solicitudes de ayuda antes de realizar donaciones o brindar apoyo financiero.
Casos como el de Laura McPherson no son aislados. En el pasado, habido otros fraudes similares donde individuos han fingido enfermedades graves para obtener dinero. Por ejemplo, Belle Gibson, una bloguera australiana, afirmó haber superado un cáncer terminal con terapias alternativas y logró monetizar su historia con la venta de un libro y una aplicación. Años después, se descubrió que todo era una farsa.
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