La investigación por el fallecimiento de Valeria Afanador, la niña de 10 años cuyo cuerpo fue hallado en el río Frío en Cajicá, avanza con nuevas diligencias. Dos de sus profesores fueron llamados a declarar por la Fiscalía General de la Nación, mientras que el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles deberá entregar varios documentos clave para el caso.
Los docentes citados son Emily Cifuentes, directora de curso de Valeria, y Diego Pinzón, profesor de educación física. Ambos fueron las últimas personas que tuvieron contacto con la menor antes de su desaparición el pasado 12 de agosto. Pinzón fue quien le entregó el balón con el que la niña se dirigió a la cancha, mientras que Cifuentes estuvo con ella minutos antes del receso.
Según el cronograma definido por la Fiscalía, el primero en declarar fue el profesor Pinzón en la mañana, y horas más tarde lo hizo la profesora Cifuentes. El objetivo es establecer con detalle qué ocurrió ese día y cuáles fueron las circunstancias que rodearon la desaparición de Valeria.
Documentos requeridos al colegio de Valeria Afanador
Además de los testimonios, la Fiscalía notificó a la rectora del colegio, Sonia Inés Ochoa Daza, sobre la entrega de información institucional que será pieza fundamental en la investigación. Entre lo solicitado se encuentran:
- La historia académica completa y matrícula de Valeria.
- Copia del PIAR (Plan Individual de Ajustes Razonables) de la menor.
- Copia de la caracterización estudiantil, donde se establece el acompañamiento de Valeria en comedor, almuerzos y recreos.
- Información sobre posibles demandas laborales o denuncias contra el colegio, con los respectivos soportes.
Según el comunicado del ente investigador, toda esta documentación será recogida directamente en la institución por personal autorizado.
La última vez que Valeria fue vista con vida fue durante el descanso escolar del 12 de agosto de 2025. Tras recibir un balón, se dirigió sola a la zona deportiva, algo que solía hacer con frecuencia. Sin embargo, minutos después, su ausencia en el salón encendió las alarmas.
Los profesores empezaron a preguntar por ella en un chat interno de docentes y realizaron una búsqueda dentro del plantel. Uno de los mensajes más urgentes en el chat decía: “Buen día. ¿Alguien ha visto a Valeria Afanador? Los niños están corriendo buscándola y dicen que no aparece por ningún lado”.
La situación escaló rápidamente. Alrededor del mediodía sonó una alarma de evacuación, lo que permitió organizar mejor la búsqueda. A las 12:50 p.m. la madre de Valeria recibió la llamada con la noticia de que su hija no aparecía. Poco después, hacia las 2:00 p.m., los bomberos ya estaban en el río cercano al colegio y las cámaras de seguridad habían sido puestas a disposición de las autoridades.
La búsqueda se prolongó durante 18 días, hasta que el 29 de agosto de 2025 su cuerpo fue encontrado a unos 300 metros del colegio, en un sector del río que ya había sido inspeccionado.
El dictamen forense confirmó que Valeria murió por ahogamiento el mismo día de su desaparición. No presentaba signos de violencia ni alteraciones en su ropa, aunque persisten las dudas sobre cómo salió del colegio sin ser vista y si existieron omisiones graves en la vigilancia escolar.