La mañana del domingo, 23 de febrero, se tiñó de sangre en el barrio La Marichuela, en Bogotá. William Leandro Hernández Mayorga, más conocido en la escena del rap como Insurgente Clandestino, fue víctima de un ataque mortal a manos de un sujeto que alguna vez consideró cercano.
El agresor, identificado por sus allegados como ‘Nostalgia El Recuerdo’, lo hirió con arma blanca en el pecho y huyó de la escena abordando un bus del SITP.
Según testigos, Insurgente Clandestino estaba bajo los efectos del alcohol cuando fue abordado por el hombre , con quien intercambió palabras antes de recibir heridas mortales en el pecho.
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“No sabemos bien qué pasó, porque todo fue muy rápido. Ese tipo lo saludó, intercambiaron unas palabras y, de repente, le clavó las puñaladas en el pecho. Los que estaban con él intentaron atraparlo, pero logró subirse a un bus del SITP y se escapó. Sigue libre”, relató un allegado a Q’hubo.
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El ataque fue certero y violento. La Policía llegó rápidamente al lugar y trasladó a ‘Clandestino’ en una patrulla al Hospital de Meissen, pero los médicos confirmaron que ya no tenía signos vitales.
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El agresor: un hombre con antecedentes de amenazas
Los miembros de Familia 545 aseguraron que el atacante llevaba tiempo enviándoles mensajes amenazantes. Según su versión, ‘Nostalgia El Recuerdo’ apareció en su círculo luego de la muerte de dos primos de William , asegurando ser fan del colectivo. Sin embargo, con el tiempo, sus interacciones se tornaron agresivas y llenas de resentimiento.
“Decía que él había fundado el grupo y que nos iba a matar. Nos enviaba amenazas por Facebook, pero nunca le prestamos atención”, aseguró un compañero del rapero fallecido.
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¿Quién era Insurgente Clandestino?
Insurgente Clandestino era un artista reconocido en la localidad de Usme por su potente voz y sus letras cargadas de realidad. Su vida giraba en torno a la música y al colectivo Familia 545, con el que buscaba alejar a los jóvenes de la delincuencia. Además de su pasión por el rap, trabajaba como asistente de construcción en el Acueducto para sostener su carrera artística.
William, quien residía en el barrio Cuatro Caminos, deja atrás a un hijo de cinco años. Su asesinato no solo enluta a su familia, sino también a toda una comunidad que veía en él un ejemplo de lucha y resistencia a través de la música.
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