Una conmovedora escena se presentó en medio de las honras fúnebres a un militar colombiano que falleció en San José del Guaviare tras sufrir una aparente afección pulmonar.
Pues en medio del dolor entre familiares y cercanos del uniformado de 33 años, identificado como Andrés Vargas, ocurrió un conmovedor evento en el que el protagonista fue su perro guía, que durante años lo acompañó en las labores de servicio a la institución.
Se trata de Rocki, como el soldado profesional llamó al labrador chocolate que fue entrenado por el propio guía canino Andrés, quien trabajó durante más de seis años junto al animalito en el hallazgo e incautación de sustancias psicoactivas como la cocaína.
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Vargas, le enseñó a Rocki, siendo apenas un cachorro, las técnicas de búsqueda y órdenes para que, en una perfecta sinfonía de señas, ambos pudieran hablar el mismo idioma, creando un vínculo que pasaba de lo profesional a lo familiar.
La repentina muerte del soldado Andrés también afectó seriamente a su perro que no ocultó su confusión y tristeza en medio del velorio y entierro de su amo, de quien no se despegó ni un minuto.
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Varios asistentes a las honras fúnebres captaron en imágenes algunos conmovedores momentos en que Rocki se acuesta junto al ataúd y lo persigue cada vez que es movido de un lado a otro, posiblemente, esperando que su amo salga y puedan continuar juntos.
En una dolorosa despedida el perrito tuvo que ser apartado del féretro para poder enterrar al soldado.
El momento conmovió a todos los asistentes, entre los que había otros militares que destacaron el amor y la fidelidad del animalito, al tiempo que recordaron al guía canino Andrés Vargas como una persona que amaba a los animales y los cuidaba con esmero, especialmente a los más necesitados, como los perros de la calle.
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Tras el emotivo evento, que se dio a conocer en la institución, se anunció que Rocki “ya cumplió su tiempo de servicio en el Ejército, y ya es hora de descansar también para él”, lo que quiere decir que será retirado del servicio para el Ejército y pasará el resto de sus años viviendo con la familia del militar fallecido que lo adoptó.
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