La historia de Omayra Sánchez es una de las más conmovedoras. Su valentía y serenidad en medio de un sufrimiento extremo conmovieron al mundo entero tras la tragedia de Armero , el 13 de noviembre de 1985, causada por la erupción del volcán Nevado del Ruiz.
Esta catástrofe dejó más de 20,000 muertos, destruyendo por completo la localidad.
Omayra quedó atrapada bajo escombros y agua contaminada, con las piernas inmovilizadas por el concreto y rodeada de los restos de su familia.
Durante 60 horas, soportó el dolor, el frío, y el miedo, pero nunca perdió su espíritu ni su fe. Su capacidad para hablar con los rescatistas y periodistas, incluso con una sonrisa en su rostro, dejó una huella imborrable.
Publicidad
Su situación capturó la atención mundial debido a la falta de recursos para salvarla. Aunque los rescatistas hicieron todo lo que estuvo a su alcance, no había equipos adecuados en el lugar, y su rescate resultó imposible.
¿Cuáles fueron las últimas palabras de Omayra Sánchez?
Sus últimas palabras, dirigidas a su madre, son un testimonio de amor y valentía: "Mami, te quiero mucho. Papi, hermano. Adiós, madre."
Publicidad
Las imágenes y videos de Omayra se convirtieron en símbolos del sufrimiento humano y de la incapacidad de los sistemas de emergencia para responder eficazmente a una catástrofe de esta magnitud.
Sin embargo, Omayra también fue vista como un emblema de fortaleza. Su historia inspiró tanto dolor como reflexión sobre las prioridades y desigualdades en la respuesta a desastres.
La imagen de Omayra tomada por el fotógrafo Frank Fournier fue galardonada con el World Press Photo en 1986 , convirtiéndose en una de las fotografías más impactantes de la historia.
Más allá de las imágenes, su tumba se ha convertido en un lugar de peregrinación donde muchas personas le atribuyen milagros. A casi 40 años de la tragedia, sigue siendo recordada como un símbolo de amor, resistencia y esperanza en medio del sufrimiento.
Publicidad
El caso de Omayra no solo expuso la fragilidad humana ante desastres naturales, sino también la importancia de una adecuada preparación y recursos para evitar que tragedias similares vuelvan a repetirse. Su historia sigue siendo un llamado a la empatía y la acción.
Mira también: Derrumbe al norte de Bogotá
Publicidad