Las normas de convivencia en edificios y conjuntos residenciales en Colombia están reguladas principalmente por la Ley 675 de 2001.
Esta legislación establece las disposiciones para la organización, administración y funcionamiento de los inmuebles sometidos al régimen de propiedad horizontal.
Entre las obligaciones de los residentes destaca el respeto a las normas comunales , cuyo incumplimiento puede generar sanciones económicas significativas.
La propiedad horizontal comprende tanto bienes privados, como apartamentos o casas, como bienes comunes, entre los que se incluyen áreas de recreación, zonas verdes, estacionamientos y pasillos.
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Este modelo promueve una convivencia armónica y una distribución justa de responsabilidade s entre los propietarios y residentes.
Para mantener esta armonía, los conjuntos residenciales están regidos por manuales de copropiedad que deben respetar las disposiciones del Código Nacional de Policía.
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Estas normas incluyen restricciones específicas, como la regulación del ruido, uno de los problemas más frecuentes en este tipo de comunidades.
Multas por ruido en conjuntos residenciales
La ley establece que el ruido excesivo, que perturbe la tranquilidad de los residentes , puede ser sancionado con una multa equivalente a ocho salarios mínimos diarios . Con el aumento del salario mínimo para 2025, que fija el ingreso diario en $47.450, esta infracción representa una multa de $379.600.
Estas sanciones buscan garantizar un ambiente respetuoso y tranquilo para todos los habitantes de los conjuntos residenciales. Sin embargo, el ruido no es el único comportamiento sancionable ; otras infracciones que afecten la convivencia pueden llegar a multas equivalentes a 16 salarios mínimos diarios, es decir, $759.200.
Las multas en los conjuntos residenciales son una herramienta clave para el cumplimiento de las normas de convivencia. Están diseñadas no solo como un castigo, sino también como un incentivo para que los residentes respeten las reglas acordadas colectivamente y contribuyan al buen funcionamiento de las áreas comunes.
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Es importante que los consejos de administración y los residentes recuerden que las normas internas deben estar alineadas con la legislación nacional . Esto asegura que cualquier sanción aplicada tenga respaldo legal y que los derechos de los residentes sean respetados.
El aumento de las multas, derivado del incremento del salario mínimo, subraya la importancia de acatar las normas de convivencia . Respetar estas disposiciones no solo evita sanciones económicas, sino que también contribuye a una mejor calidad de vida para quienes comparten estos espacios.
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En última instancia, la clave para una convivencia armónica en los conjuntos residenciales está en el compromiso mutuo de respetar las reglas establecidas y fomentar una comunidad más cívica y solidaria.
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