La conservación de las cenizas de seres queridos fallecidos se ha convertido en una de las opciones más tentadoras de miles de familias que optan por tener en casa estos recuerdos; sin embargo, también surge la duda sobre si esto es correcto y si hay un tiempo establecido para poder tener estos restos fuera de cementerios.
Cabe recordar que las cenizas son el resultado de la cremación de un cuerpo fallecido y cuyos restos son entregados a los familiares dentro de una pequeña urna para ser llevadas a su destino final que, hasta hace unos años, era un cenizario.
Pero ante los cuestionamientos sobre la conservación de cenizas se conoció que varía según las leyes establecidas en cada país; por ejemplo, en Colombia no existe ley que impida que una familia conserve dentro de su casa los restos cremados de su ser querido y tampoco establece un tiempo límite para tenerlos.
Por eso, en este país la decisión del destino final de las cenizas de un difunto corresponden a la libertad de cada familia a la que se le entregan estos restos.
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Algunas optan por llevarlas al cenizario designado para este fin, mientras que otras tantas deciden ya sea llevarlas a su casa o enterrarlas en otros lugares como jardines o esparcirlas en aguas de río o mar.
En otros casos conocidos las familias conservan estos recuerdos en sus casas durante algún tiempo para luego llevarlas al cenizario en acuerdo entre los miembros de la familia.
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Por eso, aunque no hay restricción para la conservación de estas cenizas, sí se recomienda darles un uso adecuado y respetuoso, pues más allá del tema religioso o de decisión personal, hay un tema sanitario que podría desatarse al no darle un uso responsable a los restos del ser fallecido.
Entre las recomendaciones especiales están mantenerlas siempre en la urna y evitar tener contacto directo con este material, además de esparcirlas en lugares abiertos y con movimiento de aire o agua.
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