
La costosa multa que podrían cobrarle a dueños de gatos en conjuntos residenciales
En Colombia, estas situaciones con tus mascotas, especialmente gatos que habitan en conjuntos residenciales, pueden costarle caro a sus dueños según la ley vigente.

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Tener un gato como mascota en un conjunto residencial en Colombia puede parecer inofensivo, pero permitir que el animal circule libremente por las zonas comunes puede traer consecuencias económicas y legales.
Así lo establece el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, Ley 1801 de 2016, que regula la tenencia responsable de animales domésticos en todo el país.
Aunque los gatos suelen ser percibidos como independientes y menos problemáticos que los perros, su comportamiento en espacios compartidos también está sujeto a regulación.
Según los artículos 116, 117 y 118 del Código, se permite la presencia de mascotas en las áreas comunes, pero bajo condiciones específicas: deben estar bajosupervisión constante de sus cuidadores y no pueden deambular sin control.
En el caso de los gatos, el artículo 118 detalla que deben ser transportados en maletines adecuados o llevar collares que faciliten su manejo, especialmente al transitar por zonas comunes. Esto busca evitar molestias a los vecinos, daños a la propiedad privada o el ingreso no autorizado a otros apartamentos.
Cuando estas normas se incumplen, los propietarios del animal son directamente responsables por cualquier perjuicio causado. Esto puede incluir desde quejas ante el consejo de administración del conjunto hasta intervenciones de la Policía Nacional si el caso escala.
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Para 2025, la multa por permitir la circulación libre de gatos en conjuntos residenciales puede alcanzar hasta cuatro salarios mínimos diarios legales vigentes, lo que equivale a $189.800.
Sin embargo, esa no es la única sanción posible. Las copropiedades también están facultadas para imponer multas internas, siempre que estén contempladas en los estatutos y aprobadas por la asamblea.
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Estas sanciones pueden superar los $700.000, en casos donde la conducta se repita o cause daños materiales o personales.
Además, los residentes que se sientan afectados pueden escalar sus quejas a instancias superiores si la administración del conjunto no responde adecuadamente.
Para evitar conflictos y sanciones, se recomienda a los dueños de gatos adoptar medidas de tenencia responsable, como mantener a sus mascotas dentro del hogar, usar transportadores adecuados al salir y evitar que interfieran con la tranquilidad de los vecinos.
En resumen, la convivencia armónica en los conjuntos no solo depende de las reglas, sino también del compromiso de cada propietario con el bienestar colectivo.