¿Maltrataron a tu mascota en la veterinaria? Cómo hacer VALER los derechos de tu peludo
Abogado Juan Pablo López detalla los complejos pero cruciales caminos legales que los dueños de mascotas pueden tomar para denunciar y obtener compensación cuando sus animales sufren incidentes.
¿Maltrataron a tu mascota en la veterinaria? Cómo hacer VALER los derechos de tu peludo
En la actualidad, el bienestar de las mascotas es una prioridad creciente para sus dueños, quienes confían el cuidado de sus compañeros peludos a una variedad de establecimientos, desde peluquerías y spas hasta guarderías y clínicas veterinarias.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta confianza se rompe y las mascotas sufren maltrato o un servicio deficiente? La respuesta, aunque a menudo confusa, implica la interacción de dos leyes fundamentales en Colombia: la reciente Ley 2480 de 2025 (Ley Kiara) y la ya establecida Ley 1480 de 2011 (Estatuto del Consumidor).
Según explica el abogado Juan Pablo López en una entrevista con El Klub de la Kalle, la Ley 2480 de 2025, o Ley Kiara, fue creada con el propósito de regular "ciertas características al momento de la prestación de un servicio para las mascotas".
Esto abarca situaciones como cuando se lleva a un perro o gato a bañar, a la peluquería (grooming), a un spa o a servicios veterinarios.
El objetivo principal de esta ley es permitir que las alcaldías impongan sanciones a los establecimientos que fallen en la adecuada prestación de estos servicios.
Las multas pueden oscilar entre cinco y veinte salarios mínimos, y en casos graves, se podría llegar incluso al cierre del local. Ejemplos de situaciones que esta ley abordaría incluyen la falta de cumplimiento de normas sanitarias o el caso de un lugar que se presenta como veterinaria pero emplea a personal sin la debida cualificación.
Publicidad
Sin embargo, el abogado López subraya una distinción crucial: la Ley Kiara, aunque permite sancionar al establecimiento, no habilita al dueño de la mascota para reclamar una compensación económica por los daños sufridos.
Si lo que el dueño busca es que se le devuelva dinero, se le resarza por el maltrato o se le compense por la pérdida de la mascota (por ejemplo, si un animal muere durante un procedimiento veterinario, o resulta lesionado, o incluso una perrita queda preñada en una guardería sin consentimiento), la vía legal a seguir es la Ley 1480 de 2011, el Estatuto del Consumidor.
La Ley 1480 es el mecanismo para la protección de los derechos del consumidor y es manejada por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). Esta ley ya existía mucho antes de la Ley Kiara y ha sido, de hecho, el principal instrumento para este tipo de reclamaciones.
El abogado explica que esta ley aplica a "servicios que suponen la entrega de un bien", comparándolo con entregar una chaqueta a una lavandería y esperar que la devuelvan lavada y en buen estado; lo mismo aplica para una mascota que se entrega a un servicio.
Una de las ventajas, y a la vez una fuente de complejidad, es que ambas leyes no son excluyentes. Esto significa que, como dueño de una mascota, se pueden iniciar dos procesos judiciales paralelos.
Publicidad
Por un lado, se puede presentar una denuncia ante la alcaldía bajo la Ley Kiara para que se sancione económicamente al local o se solicite su cierre, castigando así la mala práctica del prestador del servicio.
Cortar las uñas de tu perro sin causarle dolor
Foto: Creada con Labs.google
Por otro lado, y de forma independiente, se puede iniciar un proceso ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) bajo la Ley 1480 para obtener una compensación o la reparación del daño sufrido por la mascota.
Publicidad
El abogado Juan Pablo López ha sido "supercrítico" con la Ley Kiara, a la que considera una "falla en la técnica legislativa" que ha "confundido a toda la gente".
En su opinión, la nueva ley mezcló elementos que ya estaban cubiertos por el Estatuto del Consumidor, haciendo el sistema más complejo y menos intuitivo para el ciudadano común.
La gente, al enterarse de una "nueva ley de mascotas", creyó que esta protegería directamente los derechos del consumidor de mascotas, pero la realidad es que la compensación ya era posible por otra vía, y la Ley Kiara solo añade una capa de sanción administrativa que no resuelve la necesidad de resarcimiento del afectado.
Incluso señala que las sanciones de la Ley 1480 podían ser de hasta 2000 salarios mínimos, mientras que las de la Ley Kiara son de 5 a 20, lo que "terminó siendo beneficioso para quienes son prestadores" de servicios poco éticos.
Para quienes buscan una compensación bajo la Ley 1480, el proceso recomendado es el siguiente: primero, presentar una reclamación directa al prestador del servicio.
Este tiene un plazo de quince días hábiles para dar una respuesta. Si la respuesta no es satisfactoria o no hay respuesta, el siguiente paso es presentar una demanda ante un juez ordinario o directamente ante la Superintendencia de Industria y Comercio.
Publicidad
Es crucial recordar que ninguna de estas leyes aplica para situaciones de maltrato animal general que no estén relacionadas con la prestación de un servicio, como si un dueño maltrata a su propia mascota en casa, dejándola atada o expuesta al clima.
En esos casos, se deben aplicar otras normas de carácter penal que ya existen y se debe contactar directamente a la Policía Nacional. Los animales son considerados "seres sintientes" y merecen una "especial protección" bajo la ley.
Publicidad
En definitiva, si tu mascota sufrió un incidente en un establecimiento que presta servicios, la Ley Kiara (2480) te permite buscar una sanción para el negocio ante la alcaldía, mientras que la Ley 1480 te habilita para reclamar una compensación monetaria ante la Superintendencia de Industria y Comercio.
Aunque el sistema es enredado y genera confusión, conocer estas herramientas es el primer paso para asegurar que quienes maltratan o descuidan a nuestras mascotas en el ámbito de los servicios respondan por sus acciones.