El racionamiento de agua es un tema que aunque parecía haber llegado a su fin, vuelve a encender las alarmas en la administración distrital, puesto que si no se mitiga el consumo y las precipitaciones siguen siendo escasas, Bogotá tendrá un desabastecimiento importante de agua en los próximos meses.
Si bien la medida impuesta por la Alcaldía de Carlos Fernando Galán logró cumplir con el propósito de ahorro para superar la escasez en su momento, las pocas precipitaciones en los lugares importantes para los sistemas hídricos han hecho que se tengan que tomar nuevas medidas de cara a la temporada seca que se viene a principio de año.
Nuevas medidas de racionamiento en Bogotá
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad indicó que deberán tomarse nuevas medidas de racionamiento que buscan reducir el consumo de agua en los hogares bogotanos. En Noticias Caracol la ministra indicó que: "Hay que entender que hemos tenido lluvias por debajo de lo normal. Hay que hacer una gestión muy sofisticada de la demanda en Bogotá".
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La primera medida anunciada por Susana tiene que ver con los promedios del tope de consumo que están establecidos, de acuerdo con la ministra, desde el Gobierno Nacional se busca ajustar este tope para que la tarifa aumente y por ende, quien gaste más vea reflejado un aumento significativo en el pago del servicio.
En segunda medida, indicó que están trabajando en la actualización de un plan de contingencia con los prestadores de la Sabana de Bogotá, el cual consiste en establecer un tope de 3 metros cúbicos por segundo, reduciendo así el consumo del recurso hídrico.
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Estas medidas son necesarias tomarlas en este momento, pues lo que buscan desde el Ministerio de Ambiente, junto con el IDEAM, es prevenir una emergencia peor cuando lleguen los meses de sequía, pues los bogotanos están consumiendo aproximadamente 11 metros cúbicos de agua por segundo, lo que demuestra un mal uso del recurso hídrico.
Esta situación podría hacer que los embalses de Chuza y San Rafael bajen al 22% de su capacidad, lo que preocupa a las autoridades. Bogotá no es el único afectado por las pocas precipitaciones, pues regiones como la Amazonía y la Orinoquía viven momentos históricos en cuanto a las pocas lluvias, lo que demuestra el impacto del cambio climático.
El suministro de agua del embalse de Chuza, que abastece a Bogotá, se está agotando. Si no ajustamos nuestros hábitos de consumo y ahorro, en diciembre estaremos al 22% de su capacidad, sin tiempo para recuperarnos y sin agua suficiente para sobrepasar la temporada seca en 2025.… pic.twitter.com/7dBMALKt9C
— Susana Muhamad (@susanamuhamad) September 10, 2024
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