Faustino Asprilla , más conocido como el 'Tino', es uno de los futbolistas más reconocidos de Colombia, ha compartido en diversas ocasiones el impacto que su madre, Marcela Hinestroza , tuvo en su vida y en su carrera deportiva. En una emotiva entrevista en el programa 'La sala con Laura Acuña', el exjugador recordó con cariño y nostalgia cómo su madre fue su mayor apoyo , pese a los desafíos que enfrentaron juntos.
Desde joven, Asprilla mostró un talento natural para el fútbol , pero sus inicios no fueron fáciles. A la edad de 16 años, cuando entrenaba con la Selección del Valle del Cauca, su vida se dividía entre el colegio y los entrenamientos. Estudiaba en la mañana y, sin apenas tiempo para descansar, viajaba diariamente desde Tuluá hasta Cali para asistir a las prácticas. En su relato, Faustino menciona cómo se apresuraba a comer para no perder tiempo, y cómo su madre, aunque lo disciplinaba, también lo apoyaba en cada paso de su arduo camino.
Marcela Hinestroza no solo fue una madre dedicada, sino que se convirtió en la alcahueta y principal cómplice de los sueños de su hijo. Asprilla reconoce que sin el apoyo incondicional de su madre, no hubiera logrado alcanzar las metas que se propuso en el mundo del fútbol. Aunque ella lo corregía cuando era necesario, su amor y respaldo fueron esenciales para que el ‘Tino’ pudiera continuar su formación deportiva.
El dolor por la pérdida de su madre es algo que Asprilla lleva consigo hasta el día de hoy. Marcela Hinestroza falleció el 1 de mayo de 1993 , un hecho que marcó profundamente al futbolista. En ese momento, Asprilla se encontraba en Italia, cumpliendo con sus compromisos como parte del equipo Parma. La noticia fue devastadora, y aunque han pasado más de tres décadas desde su partida, el exjugador del Newcastle y la Selección Colombia asegura que nunca ha podido superar la muerte de su madre.
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En su reciente aparición en el programa ‘Desafío’, junto a Carlos ‘Pibe’ Valderrama, el ‘Tino’ volvió a recordar a Marcela Hinestroza, compartiendo con el público la importancia que ella tuvo en su vida. Hoy, Faustino continúa transmitiendo ese amor y respeto por su madre a su propia familia , incluyendo a su hijo, Sebastián Asprilla, y a su nieta, asegurándose de que el legado de Marcela perdure en el tiempo.
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