Un viaje conmovedor tuvo lugar este sábado cuando dos osos de anteojos , también conocidos como osos andinos, rescatados hace casi una década en Nariño, fueron trasladados a Bogotá por la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Estos ejemplares, presumiblemente separados de su madre a los dos meses de edad, emprendieron un camino hacia su nuevo hogar en el Santuario del Oso de Anteojos, ubicado en el municipio de Guasca.
El traslado implicó una operación coordinada entre la FAC, la Fundación Parque Jaime Duque y expertos en veterinaria . Iniciando desde Pasto, en el aeropuerto Antonio Nariño, un avión C-295 de la FAC recogió a los osos para llevarlos a Bogotá, donde aguardaba el Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam) para la siguiente etapa del viaje por carretera hacia su destino final.
Una vez en el santuario, estos dos imponentes animales serán sometidos a un exhaustivo examen veterinario para garantizar su salud y bienestar. Posteriormente, se les asignará un amplio espacio de 5.000 metros cuadrados , completamente acondicionado para que puedan adaptarse y desenvolverse en un ambiente que les permita una vida plena.
El rescate de estos osos se remonta a octubre de 2014, cuando la organización Corpoamazonía intervino al encontrarse a los cachorros de apenas dos meses de edad, aparentemente sin la presencia de su madre. A partir de entonces, el Centro de Rehabilitación de Especies de Alta Montaña en Guasca se convirtió en su hogar temporal, un lugar donde recibieron los cuidados necesarios para su supervivencia.
Publicidad
Tras un análisis exhaustivo llevado a cabo por un comité técnico el 31 de octubre pasado, se determinó que la mejor opción para estos dos osos era el Santuario del Oso de Anteojos, un lugar que ofrecerá un entorno adecuado para su desarrollo y reintegración a un hábitat más natural.
El traslado de estos dos osos andinos marca el inicio de una nueva etapa en sus vidas, llena de cuidado, atención especializada y la posibilidad de recuperar un poco de lo que les fue arrebatado en su temprana edad. Es un paso importante hacia su bienestar y su reintegración en un entorno que les permita ser osos en plenitud.
Publicidad