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Garavito, el asesino serial de niños, es cremado en Valledupar; no se cumplió su último deseo

El cuerpo de Luis Alfredo Garavito fue cremado tras 70 días de su muerte. El hombre fue violador y asesino de más de 200 niños en Colombia, Ecuador y Venezuela.

Creman a Garavito tras 70 días de su muerte
Creman a Garavito tras 70 días de su muerte
/Foto: redes sociales

Luis Alfredo Garavito,infamemente conocido como 'La Bestia', un nombre que evoca horror y desolación por los atroces crímenes que cometió, está siendo cremado en Valledupar tras 70 días de su fallecimiento a causa de complicaciones de salud relacionadas con la leucemia y un cáncer ocular.

Este trágico capítulo de la historia colombiana se cierra con la incineración de quien perpetró actos inenarrables contra más de 200 niños en tres países.

El desenlace final de Garavito,quien murió el pasado 12 de octubre, se ejecuta en contra de su último deseo explícito: ser enterrado. A pesar de su petición escrita, la realidad dictada por circunstancias legales y familiares ha llevado su cuerpo a la cremación en la capital del Cesar, Valledupar, en una situación excepcional que involucró una tutela para su realización.

El proceso de incineración se llevó a cabo este jueves 21 de diciembre de 2023, marcando el cierre de un capítulo oscuro y doloroso en la historia del país. Durante 70 días, el cuerpo de Garavito se mantuvo en las instalaciones de Medicina Legal, un tiempo que ha generado debate y reflexión en la sociedad sobre cómo enfrentar la memoria y el legado de alguien responsable de crímenes tan atroces.

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La noticia de la muerte de Garavito, aunque recibida con una mezcla de alivio y perturbación, desencadenó una serie de trámites legales y disputas familiares respecto al destino final de sus restos mortales. La petición de su sepultura no pudo ser cumplida debido a las circunstancias legales y la presión de los familiares, quienes a través de una tutela lograron que su cuerpo fuera entregado para su cremación.

El nombre de Garavito permanecerá en la memoria colectiva como sinónimo de los actos más atroces y deshumanizados perpetrados contra los más vulnerables. Sus crímenes dejaron una cicatriz imborrable en la sociedad, y su muerte, aunque ponga fin a su presencia física, no apaciguará las heridas dejadas en las familias de las víctimas ni en el país en general.

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El hecho de que su cuerpo haya permanecido por un período prolongado en Medicina Legal despierta cuestionamientos sobre el manejo post mortem de individuos que encarnan el mal extremo en la sociedad. El dilema ético de qué hacer con los restos de alguien que causó tanto sufrimiento ha sido objeto de controversia y reflexión en estos últimos días.

La cremación de Garavito no solo marca el fin de su existencia física, sino también plantea preguntas profundas sobre cómo enfrentar y procesar el legado de aquellos cuyas acciones han causado un daño inconmensurable. Este evento pone fin a la vida de un individuo, pero no diluye la memoria de sus atrocidades, dejando a la sociedad con la difícil tarea de abordar la memoria de un pasado oscuro que no puede ser olvidado.

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