Este jueves, el mundo católico se volcó a las pantallas con la atención puesta en la elección del nuevo papa.
Tras una intensa jornada en el Vaticano, finalmente se anunció el nombre del sucesor de Francisco: el cardenal estadounidense Robert Prevost, ahora conocido como León XIV.
La Plaza de San Pedro estalló en aplausos al ver al nuevo pontífice salir al balcón,
saludando con una mezcla de emoción y solemnidad. Pero mientras unos celebraban, otros encendían las alarmas.
Apenas minutos después de la primera aparición pública del nuevo papa, comenzaron a circular comunicados que ensombrecen su llegada al trono de Pedro. La organización SNAP (Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes) emitió un fuerte pronunciamiento en el que se refieren a su pasado cuando ejercía como provincial de los agustinos y posteriormente como obispo de Chiclayo, en Perú.
Denuncias de encubrimiento durante su labor en Perú
El grupo SNAP no tardó en mostrar su preocupación. Según su comunicado, mientras Prevost lideraba la provincia de los agustinos en Perú, fue consciente de casos delicados que no fueron gestionados adecuadamente. Incluso aseguran que permitió que un sacerdote acusado de abusar de menores
residiera en un convento en Chicago, Estados Unidos, en el año 2000. Lo que agrava la situación, según SNAP, es que ese convento se encontraba justo al lado de una escuela primaria católica.
La organización también pone el foco en su etapa como obispo de Chiclayo. En 2022, tres personas presentaron denuncias directamente ante autoridades civiles peruanas, asegurando que no obtuvieron ninguna respuesta satisfactoria por parte de la diócesis.
Afirman que Prevost no inició una investigación interna, mandó información incompleta al Vaticano y, aún más grave, permitió que el sacerdote denunciado siguiera celebrando misa. Como respaldo, SNAP adjuntó fotografías del presunto implicado oficiando eucaristía incluso después de haberse radicado la denuncia.
Esta situación llevó a SNAP a presentar una denuncia formal contra el nuevo papa el pasado 25 de marzo, utilizando el decreto Vos estis lux mundi, establecido por el papa Francisco en 2023 para normar la actuación de la Iglesia frente a este tipo de hechos. Este documento obliga a investigar a obispos y superiores religiosos
que no actúen con firmeza frente a denuncias internas.
La organización ahora exige que, en sus primeros 100 días como pontífice, León XIV actúe con firmeza y sin titubeos. Proponen la creación de una Comisión Global de la Verdad con apoyo directo del Vaticano, la implementación de una ley universal de tolerancia cero, un fondo internacional de reparaciones, y acuerdos legales con gobiernos para reforzar la transparencia.
Mientras tanto, el Vaticano no ha emitido ninguna respuesta oficial a estas denuncias. La atención está puesta en los próximos pasos del nuevo papa, que ya comienza su pontificado bajo una fuerte presión internacional.
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