La muerte de Juan Pablo González , señalado abusador sexual de la joven Hilary Castro en una estación de TransMilenio , aún genera asombro sobre la forma en que ocurrieron los hechos contra el hombre que no tuvo oportunidad de ser vencido en juicio por los hechos que se le atribuyeron.
Pues antes de que un juez de la República lo declarara culpable, el hombre apareció muerto dentro de una celda de la URI de Puente Aranda mientras estaba bajo supuesta custodia de la Policía.
Y aunque en principio se dijo que el capturado se había suicidado, rápidamente el caso dio un giro y se determinó que el hombre murió a causa de unabrutal golpiza que le desgarró órganos y le generó una hemorragia interna que finalmente le provocó la muerte.
La versión de que el hombre murió golpeado dentro de una celda fue solo un pequeño detalle de lo que se reveló posteriormente; pues la revista Semana tuvo acceso a una cruda declaración de un testigo que relató detalladamente cómo fueron las últimas horas de vida de Juan Pablo González, las cuales fueron un completo calvario.
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Lo primero que se conoció es que efectivamente, según el testigo, la mortal paliza no fue propinada por policías sino por seis internos; sin embargo, todo ocurrió en un lugar custodiado por la autoridad policial.
El relato, en poder de los investigadores del caso, da cuenta de un ajusticiamiento por parte de reclusos que se encargan de dar su "lección" a capturados por delitos sexuales y Juan Pablo no fue la excepción, pues se dice que los propios policías informaron a los 'caciques' de la URI sobre la llegada del hombre que fue noticia en toda Colombia.
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'Los plumas' es el nombre de la banda que se dice que comanda las celdas de la URI en las que "hasta los policías les obedecen". Los integrantes de esta banda fueron los encargados de determinar el ajusticiamiento contra el acusado.
"Entre seis agarraron a patadas al recluso. Se dividieron por partes para infringirle el mayor dolor posible; mientras unos se concentraban en las costillas, otros en la cabeza", indica el relato del que asegura que las víctimas no se pueden quejar "o les va peor".
En la agresión, al señalado violador de TransMilenio lo tiraron al piso y estas seis personas, al mando de alias el Tío, alias Derby y alias Junior lo cogieron a patadas; por su parte, alias Blacho, "que es el más sanguinario de todos, le saltaba en las costillas hasta partirlas, mientras alias Jéferson le pisaba la cabeza”.
Luego de varios eternos minutos de tortura al detenido, ante la mirada de decenas de reclusos, el hombre quedó sin reaccionar, razón por la que Los Plumas mandaron a otros detenidos, también por delitos sexuales, a que recogieran a Juan Pablo y lo llevaran al baño para rociarlo con agua, buscando despertarlo.
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El hombre en el baño, en medio del chorro de agua se desmayó y ya no se volvió a levantar. Luego de varios minutos en que el recluso no reaccionaba, los ‘plumas’ lo sacaron del baño arrastrado y lo tiraron en la mitad de la celada, mientras cada uno de los detenidos continuó como si nada al rededor del cuerpo.
Los agresores se cansaron de ver el cuerpo tirado en la mitad de la celda y, sin ningún remordimiento, llamaron a los guardas de la URI y le entregaron al hombre que ya estaba sin vida.
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Este relato, revelado pro Semana, se suma a videos de cámaras de seguridad de la URI que captaron algunos de los momentos de terror que se vivieron en la celda donde el acusado de abuso sexual terminó convertido en un costal de golpes.