Este viernes 20 de octubre la Fiscalía General de la Nación anunció la intervención de una mansión que fue adquirida por el extinto narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria en las décadas de 1980 y 1990, y en la que actualmente vive su hermano Roberto Escobar Gaviria.
Esta propiedad está ubicada en el barrio La Asomadera 2 en Medellín y tiene un valor superior a los 12.000 millones de pesos. Las autoridades realizaron el operativo luego de que se determinará que fue adquirida por el fallecido capo de la droga con dineros producto de su actividad delictiva. En medio de la intervención, fue cerrada la vivienda en la que funcionaba un museo que exponía diversidad de artículos alusivos a la actividad delictiva y objetos reales que utilizó en su entonces el fallecido y sanguinario líder del 'Cartel de Medellín'.
La Fiscalía informó que a través de la Delegada para las Finanzas Criminales y una fiscal de la Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio, se lograron imponer medidas cautelares que incluyen la suspensión del poder dispositivo, el embargo y el secuestro con fines de extinción de dominio de la propiedad.
La Fiscalía sostiene que la propiedad fue adquirida por Pablo Escobar y registrada a nombre de testaferros. Después de la muerte de Escobar, varios individuos se hicieron cargo de la residencia. Sin embargo, según la Fiscalía, Roberto de Jesús Escobar Gaviria, hermano del fallecido narcotraficante, presuntamente llevó a cabo una serie de acciones para mantener el control de la propiedad.
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La investigación también señala que el hermano de Pablo Escobar, conocido con el alias de 'El osito', ha ocupado la mansión de manera continua, realizando diversas mejoras y adaptaciones. Logró que en los registros públicos figurara a nombre de una mujer, quien se presenta como la propietaria.
El pasado 10 de julio las autoridades llevaron a cabo una intervención en la Casa Museo Pablo Escobar, que solía ser uno de los destinos más visitados en los llamados "narcotours". Esta acción tuvo como objetivo realizar una demolición estructural debido a que se descubrió que la propiedad tenía reformas irregulares, según información proporcionada por la Alcaldía de Medellín. El procedimiento contó con la participación de más de 50 funcionarios y marcó el fin de uno de los lugares más emblemáticos de los recorridos turísticos relacionados con el narcotráfico.
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La medida de extinción de dominio de esta mansión y la demolición de la Casa Museo Pablo Escobar reflejan los esfuerzos continuos de las autoridades colombianas para abordar la herencia del narcotráfico y su influencia en el país.