Sara Yuliana, de tan solo 15 años, enfrenta una batalla contra la muerte tras ser víctima de un ataque: fue rociada con alcohol e incendiada intencionalmente por cuatro compañeros de trabajo dentro de una fábrica de perfumes en Pasto, Nariño.
Con el 80% de su cuerpo cubierto de quemaduras severas, la joven ha sido sometida a casi medio centenar de cirugías complejas mientras los presuntos responsables, también menores de edad, gozan de absoluta libertad.
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El lamentable episodio que truncó la vida de esta adolescente ocurrió la tarde del 23 de julio de 2025 en un establecimiento comercial en Pasto.
Según el relato de Johana Amaya, madre de Sara Yuliana, el ataque no fue un accidente, sino un acto deliberado y cruel. Los atacantes, un grupo de cuatro jóvenes que también trabajaban en la fábrica de perfumes, encerraron a Sara Yuliana y a otra compañera en una habitación.
“Los muchachos comenzaron a patear ese alcohol, les echaron alcohol a ellas, tiraron la fosforera, las prendieron y los demás las encerraron”, narró la madre a Noticias RCN.
La secuencia de hechos descrita es aún más angustiante, pues, según la familia, los agresores presenciaron cómo las llamas consumían a las jóvenes: “Las vieron que ya se habían prendido, que estaban en llamas, abrieron la puerta y las dejaron bajar”.
Sara Yuliana sufrió quemaduras que cubrieron el 80% de su cuerpo, un nivel de afectación que la ha mantenido hospitalizada desde entonces. Trágicamente, la otra adolescente que fue herida en el mismo ataque perdió la vida meses después.
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¿Qué ha pasado con caso Sara Yuliana?
Desde el día del ataque, la joven ha permanecido internada en Cali, lejos de su ciudad de origen, Pasto, y ha debido someterse a un proceso médico de extrema complejidad, doloroso y prolongado.
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La menor ya ha sido intervenida quirúrgicamente en 48 ocasiones desde su ingreso al hospital, aunque otras fuentes señalan más de 40 o 43 cirugías.
Cada una de estas intervenciones implican injertos de piel y cuidados altamente especializados.
Johana Amaya explicó la naturaleza de estos procedimientos de reconstrucción de tejido:
“Todos los días le están sacando piel del estómago, de la espalda, para poderla insertar” en las zonas dañadas.
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Este tratamiento agotador, que podría extenderse por meses o años, es la única esperanza para Sara Yuliana.
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Pese a estar al borde de la muerte, la víctima logró identificar a sus presuntos agresores.
Wilson Zambrano, padre de Sara Yuliana, relató que al llegar a la fábrica y encontrar a su hija herida, las primeras palabras que ella le dirigió fueron: “Papito, ellos fueron los que me quemaron”, señalando a cuatro de sus compañeros de trabajo como los responsables del incendio.
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La familia sostiene firmemente que se trató de un acto intencional e insistió en que la investigación avance para esclarecer las circunstancias y determinar las responsabilidades.
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El padre incluso comentó a CW + Noticias que la propia Sara reconoció a sus agresores. Además, existe el conocimiento de que hay videos que corroboran el señalamiento hecho por Sara Yuliana.
Sin embargo, a casi cuatro meses del ataque, la justicia se mantiene paralizada. Pese a los señalamientos directos de la víctima, a la existencia de pruebas audiovisuales y a la gravedad de los hechos, los cuatro trabajadores implicados siguen en libertad sin que hayan tenido que responder por sus actos.
La familia clama por acción judicial: “¿Cómo pueden creer que pueden quemar a una niña viva y dejar a los que la quemaron como si nada, que porque son menores de edad? Yo pido que por favor nos ayuden, que nos colaboren, a que se haga justicia”.
La frustración por la falta de avances judiciales se suma a la carga emocional y financiera. La familia debió trasladarse de Pasto a Cali para acompañar a la menor, lo que obligó a ambos padres a abandonar sus empleos, agotando sus ahorros y dejándolos sin ingresos.
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