En Colombia, el mes de diciembre se percibe con un sonido particular: el de las ollas burbujeando suavemente, el espesor de la leche y el inconfundible aroma a canela que, sin duda, anuncia que la Navidad ha llegado.
En medio de la alegría que genera el alboroto sabroso de la temporada, la presencia del Arroz con Leche es indispensable. No es solo un postre, es una experiencia que sabe exactamente a diciembre, a calor de hogar y a familia reunida, logrando que el ambiente festivo se sienta de inmediato.
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Es un plato sencillo, pero dotado de nobleza; uno de esos antojos capaces de provocar una sonrisa al primer bocado.
Mientras que el sonido de los buñuelos fritos y el cuajado de la natilla marcan la banda sonora de las novenas navideñas, el aroma del arroz con leche pone la mesa en modo celebración.
Esta receta, ideal para compartir y económica en su base, está diseñada para que el resultado sea cremoso y calientico, digno de la mejor reunión familiar.
Para preparar este clásico, las cantidades están pensadas para una reunión íntima de cuatro personas, aunque fácilmente se puede duplicar la fórmula para agasajar a más invitados durante las novenas:
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Ingredientes para hacer arroz con leche
- 1 taza de arroz blanco.
- 4 tazas de leche entera.
- 1 taza de crema de leche.
- ¾ taza de azúcar.
- 1 rama de canela.
- 1 trocito de cáscara de limón.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
- Una pizca de sal (el despertador de sabores).
- Canela en polvo para el toque final.
- El detalle opcional pero decisivo: ½ taza de uvas pasas, preferiblemente maceradas previamente en ron.
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Paso a paso para hacer arroz con leche
La clave para que este postre alcance esa textura espesa y untuosa reside en la preparación del grano y la cocción paciente.
- Lo primero y fundamental es lavar el arroz, pero con sumo cuidado. Debe hacerse solo una vez. Este paso es vital porque al lavar solo superficialmente se eliminan las impurezas, pero se conserva el almidón, que es el ingrediente natural encargado de otorgarle esa textura cremosa característica a la receta.
- Una vez limpio, el arroz debe ir al fuego en la leche. Es aquí donde arranca la magia sensorial de la Navidad. Se añaden la rama de canela y el trocito de cáscara de limón. La cocción debe ser lenta y atenta; se observará cómo la leche sube despacio mientras el arroz empieza a hincharse con el líquido. Es crucial darle una revolcada de vez en cuando para evitar que se pegue y asegurar una cocción uniforme.
- Cuando se observe que el grano de arroz está casi tierno, es el momento de agregar la crema de leche. Este añadido transforma la mezcla, volviéndola notablemente más suave y redonda al paladar.
- Inmediatamente después, se incorpora el azúcar, la esencia de vainilla y, aunque parezca extraño, una pizquita de sal. La sal tiene una función esencial: actúa despertando y realzando todos los sabores dulces de la preparación.
- Si se decidió usar las uvas pasas (el toque que muchos consideran mágico), estas se deben incorporar al final. Si han estado maceradas en ron, el sabor será inigualable. Agréguelas para que se integren bien sin deshacerse, manteniendo su forma y textura.
- Una vez que la mezcla alcanza una textura espesa y aterciopelada, se apaga el fuego. El reposo no es un paso opcional, sino el verdadero secreto de la receta. Al reposar, el postre termina de espesar, toma cuerpo y alcanza el punto perfecto para ser servido, ya sea tibio o frío, y coronado con una generosa espolvoreada de canela en polvo.
Este postre casero, que evoca los sabores más profundos de la tradición, es tan valorado que incluso forma parte de las celebraciones de alta cocina.
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