Durante años, la mesa colombiana ha estado dividida por una duda aparentemente simple, pero cargada de tradición y costumbre: ¿cuál es la forma correcta de disfrutar de un tamal uno de los platos más emblemáticos del país sin perder la compostura?
En redes sociales, esta discusión volvió a encenderse luego de que una experta en etiqueta decidiera aclarar, paso a paso, cómo se debe servir y consumir este alimento tan querido, desmontando prácticas que muchos daban por sentadas.
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La encargada de resolver el debate fue Carmiña Villegas, especialista en protocolo y buenas maneras, quien en u rede sociale publicó un video explicativo que rápidamente se viralizó.
En él, abordó desde el tipo de plato adecuado hasta el uso correcto de los cubiertos, dejando claro que algunos hábitos muy comunes en realidad no son los más apropiados cuando se busca elegancia en la mesa.
El tamal y el error más común al servirlo
Uno de los puntos que más sorprendió a los usuarios fue la aclaración sobre la presentación. Según la experta, el plato ideal es uno hondo, ya que permite mantener organizadas las hojas y el contenido sin desbordes ni desorden visual.
Además, explicó que el hilo que lo envuelve debe retirarse previamente en la cocina, al igual que el exceso de hojas largas, para que al llegar a la mesa todo luzca limpio y armónico.
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Villegas fue enfática en señalar que darle la vuelta al contenido para vaciarlo completamente en el plato es un error frecuente. Esta práctica, aunque extendida, rompe con la estética y puede afectar tanto la temperatura como la experiencia visual del comensal.
El tamal y la hoja: un elemento que no se retira
Otro de los mitos que quedó resuelto es el de quitar completamente las hojas. De acuerdo con la experta, estas cumplen una función clave: conservan el calor y ayudan a mantener la presentación durante el consumo. La recomendación es abrirlas con cuidado usando cuchillo y tenedor, sin retirarlas del todo.
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En cuanto a los cubiertos, la indicación es clara: se come siempre con cuchillo y tenedor, nunca con cuchara. El cuchillo se utiliza para cortar pequeños bocados y luego puede dejarse a un lado, mientras el tenedor acompaña el resto del proceso. Al finalizar, las hojas se recogen con discreción y se apartan del plato.
Más allá de las normas de etiqueta, el mensaje de fondo apunta a disfrutar la experiencia gastronómica con calma y atención al detalle. Comer bien no solo tiene que ver con el sabor, sino también con la forma en que se presenta y se comparte el alimento. Así, un plato tradicional puede mantenerse fiel a sus raíces y, al mismo tiempo, adaptarse a una mesa cuidada y elegante.
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