El humorista colombiano Nelson Polanía, conocido artísticamente como Polilla, revivió uno de los episodios más dolorosos de su vida al hablar abiertamente sobre un accidente que le dejó cicatrices permanentes en el rostro y lo obligó a someterse a cuatro cirugías reconstructivas.
En una reciente aparición en el programa Me raya la cabeza, emitido por Caracol Televisión, Polilla relató con sinceridad los detalles de ese suceso que, según dijo, “me destrozó la cara completamente”.
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El accidente que llevó a Polilla a someterse a cuatro cirugías reconstructivas
El accidente se produjo en el sector de Usaquén, al norte de Bogotá,cuando tenía apenas cinco años mientras jugaba con familiares y un perro de raza dálmata.
En medio de la diversión, el comediante cayó accidentalmente sobre el animal, que reaccionó de manera violenta y le causó heridas graves en el rostro.
El impacto de la agresión fue tal que Polilla tuvo que ser atendido de inmediato y con el paso de los años, enfrentó una serie de cuatro intervenciones quirúrgicas reconstructivas para reparar las lesiones.
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En ese proceso, aprendió a convivir con las cicatrices físicas y el impacto emocional que dejó aquella experiencia vivida en una etapa en que la apariencia suele ser especialmente sensible.
A pesar de la violencia del accidente y de las marcas que quedaron, Polilla aseguró que nunca desarrolló miedo ni rechazo hacia los animales, algo que muchas personas podrían haber experimentado tras una situación similar.
Por el contrario, afirmó que siempre mantuvo una relación cercana y positiva con las mascotas, incluso trabajando junto a su fallecida esposa la humorista La Gorda Fabiola en causas relacionadas con la protección animal.
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Durante la conversación, el humorista también recordó el proceso de aceptación personal que vivió con el tiempo. Lo que en un principio fue un accidente traumático y un desafío físico, con el tiempo se convirtió en una parte de su historia personal e incluso de su identidad.
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Fortaleció su carácter y contribuyó a la forma en que se relaciona con su audiencia, especialmente en un medio como la televisión, donde la imagen juega un papel importante.
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Polilla, integrante del elenco de Sábados Felices desde mediados de los años 90, es una figura muy querida por el público colombiano no solo por su humor, sino también por la manera abierta con la que aborda aspectos de su vida personal en entrevistas y programas de televisión.
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Su testimonio sobre el accidente infantil no solo reveló un capítulo hasta ahora poco tratado de su biografía, sino que también resalta un mensaje de resiliencia: las cicatrices físicas que dejó el incidente pasaron de ser motivo de dolor a convertirse en parte de lo que él hoy es como persona y artista.
El relato de Polilla destaca cómo una experiencia traumática vivida a una edad temprana puede dejar huellas duraderas, pero también cómo esas mismas experiencias pueden integrarse a la historia de superación de una figura pública que sigue conectando con la audiencia colombiana.
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