A sus 124 años, María Antonia Cuero se convirtió o en un símbolo de longevidad y es considerada por muchos como una candidata a figurar entre las personas más ancianas del mundo. Su historia, marcada por la sencillez, la naturaleza y hábitos cotidianos saludables, genera interés tanto en Colombia como en el extranjero.
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Historia de María Antonia Cuero mujer colombiana de 124 años
De acuerdo con sus documentos de identidad, María Antonia nació el 18 de octubre de 1901 en una zona rural del Pacífico colombiano. Durante décadas trabajó en actividades de campo, lo que implicaba esfuerzo físico, vida al aire libre y contacto permanente con la naturaleza.
Esa conexión con su entorno, combinada con un estilo de vida relajado alejado del estrés urbano parece haber sido clave para su longevidad según quienes la conocen.
Ahora vive en Cali, donde mantiene una rutina tranquila, apoyada por su familia. A pesar de su edad avanzada y de haber enfrentado complicaciones como osteoporosis, los médicos que la revisan coinciden en que su estado general de salud es sorprendentemente bueno para sus años.
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Rutina De María Antonia Cuero
Cuando le preguntan por el secreto de su perdurbilidad, María Antonia responde con simplicidad y naturalidad: su dieta diaria, que incluye “plátano y banano todos los días”. Según ella, combinar este alimento con una vida sin complicaciones, en contacto con la naturaleza, ha hecho la diferencia.
El plátano, alimento típico del Pacífico colombiano, aporta fibra, potasio y magnesio, elementos valorados por nutricionistas, aunque los expertos advierten que no existe un único factor garantizado para alcanzar edades extremas. Aun así, esta sencilla afirmación de María Antonia captura la atención de proyectos científicos que estudian la longevidad en el país.
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Más allá de la dieta, el estilo de vida que lleva con el trabajo en el campo, contacto con la naturaleza, bajo estrés urbano se presenta como otro pilar fundamental. Según los testimonios de su familia, María Antonia no teme el trabajo, mantiene una rutina de labores, tránsito físico, alimentación natural y cuidado básico.
El médico que acompaña su caso destaca que su vitalidad y autonomía son notables: a pesar de su edad avanzada, puede bañarse sola, vestirse, moverse por su cuenta y hasta realizar actividades cotidianas, algo poco común para alguien de su edad.
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El caso de María Antonia forma parte del debate sobre la gerontología en Colombia. Si su edad se valida oficialmente con documentos, análisis demográficos y médicos, podría representar un ejemplo sobresaliente de longevidad humana.
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No obstante, advierten que alcanzar los 120 años o más no depende únicamente de hábitos: la genética, la suerte, las condiciones ambientales y el acceso a salud también influyen, por lo que ningún caso debe tomarse como fórmula universal.