Las estafas en Colombia han tomado cada vez más fuerza y los delincuentes continúan "preparándose" para lograr persuadir y convencer a sus víctimas a quienes, en su mayoría, contactan a través de llamadas vía celular ; sin embargo, un reciente intento de este tipo de estafas terminó con un final inesperado .
No es un secreto que la mayoría de estafas telefónicas en Colombia se originan desde diferentes cárceles del país , donde pese a las restricciones y prohibiciones de tener comunicación con el exterior, miles de reclusos cuentan con celulares e internet en sus celdas.
Lastimosamente estos dispositivos y tecnología son usados principalmente para delinquir a través de infinidad de llamadas en las que se hacen pasar por funcionarios de diferentes entidades que, ofreciendo premios y beneficios, logran envolver a sus víctimas hasta robarles dinero de sus cuentas.
Y en medio de esta indignante modalidad se conoció un audio que registró el intento de estafa por parte de una reclusa y que terminó mal; pues en medio de su listado de víctimas, terminó llamando a un hombre que también se encuentra preso en una cárcel y quien, aparentemente, se dedica a la misma modalidad de estafas .
En redes sociales se viralizó el audio de la llamada en la que la mujer, haciéndose pasar por funcionaria del banco Davivienda, contacta a un hombre llamado Arbey Gómez, a quien le ofrece unos supuestos beneficios económicos que le llegarían por parte del banco ; para acceder a ellos la mujer le comenta a su posible víctima que deben realizar una activación y posteriormente recibiría un código a su celular.
El hombre escucha atento el discurso de la supuesta ejecutiva financiera quien, pese a tener perfectamente estudiado el discurso que usan los bancos , no logra manejar un correcto léxico ya que expresa palabras como: "Etsoneración", "Incementación", "Transatción", "Etsitosamente" , entre otras.
Sin embargo, cuando la mujer ya iba a aplicar su estafa el hombre la interrumpe preguntándole: "¿Oiga, mi amor, usted en qué cárcel está?".
Y tras un mínimo silencio de la reclusa, el hombre le expresa: "Yo estoy acá en la (cárcel) de Girardot, El Diamante".
Tras tomar aire y entre risas tímidas la reclusa responde: "Yo estoy acá en la de Bogotá, en El Buen Pastor".
El hombre se ríe y le dice "se equivocó... La buena, ya sabe, ya le escribo por el WhastsApp".
"¿Cómo es? ¿Pisándonos las mangueras, no?" , expresa la mujer quien insiste que está "facturando de lo lindo... La re buena, solo sietes".
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