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Una mujer se declara abiertamente como 'ecosexual'

Esta mujer asegura sentir placer y una conexión muy especial cuando se encuentra cerca de un árbol de roble que hay cerca de su casa.

Sonja Semyonova dice tener una relación con un árbol
Sonja Semyonova dice tener una relación con un árbol
/Foto: Instagram @bodystoryteller

Recientemente las redes sociales se han visto inundadas con la sorprendente historia de Sonja Semyonova, una mujer de 45 años proveniente de Columbia Británica, Canadá, quien ha dejado a muchos perplejos al afirmar tener una relación 'erótica' con un árbol de roble. Según informes de 'Daily Mail', esta peculiar conexión se originó durante las caminatas que realizaba Semyonova durante la pandemia del Covid-19.

La canadiense, quien ha experimentado la mayor parte de su vida en la soltería, ahora sostiene una relación con un imponente roble, según lo revelado al 'Toronto Sun'. En su cuenta de Instagram, esta mujer se presenta como una guía de autointimidad y futura educadora sexual somática.

En sus propias palabras, Sonja compartió con 'Daily Mail': "Había estado deseando esa oleada de energía erótica que surge cuando conoces a una nueva pareja y que no es sostenible". La mujer explicó que encuentra consuelo y seguridad al estar cerca del árbol, Sonja se autodenomina 'ecosexual', otorgándo así un nombre que describe la sensación de ser pequeña y ser sostenida por algo tan sólido, algo que para ella resulta profundamente satisfactorio.

Según el relato de Sonja, su conexión con el roble comenzó en el invierno de 2020 cuando se mudó a la isla de Vancouver y comenzó a realizar caminatas diarias. Sin embargo, fue en el verano de 2021 cuando experimentó sensaciones que ella misma describe como "eróticas" al estar cerca del gran árbol.

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La noticia ha generado una ola de cuestionamientos y dudas en las redes sociales, llevando a Sonja a abordar el tema en un video de TikTok. En sus declaraciones, la mujer desafió las críticas y explicó que una relación erótica puede manifestarse de maneras creativas, y que limitarse a la energía erótica a través de los genitales es perderse de la riqueza de la vida y el placer.

Aunque la historia ha generado controversia y escepticismo, Sonja Semyonova defiende su experiencia como una manifestación única de conexión y placer que va más allá de las convenciones tradicionales de las relaciones humanas.

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