
En medio de la difícil situación que atraviesa el sistema de salud en Colombia, la Fundación Hospital San Carlos de Bogotá sorprendió al anunciar el cierre temporal de su servicio de urgencias, una decisión que no solo sacude a los usuarios habituales, sino que también encendió las alarmas dentro de una reconocida EPS del país.
La determinación, tomada oficialmente el pasado 19 de junio por parte de la Junta Directiva, se conoció mediante una carta enviada por la misma institución. Allí se explica que el servicio dejará de funcionar desde el 31 de julio de 2025, aunque en la práctica el impacto real comenzará a sentirse desde el 1 de agosto, cuando ya no se presten atenciones de urgencia en este centro médico del sur de Bogotá.
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¿Por qué cierra el servicio de urgencias?
Según la misiva, el cierre se da como respuesta a las complicaciones del entorno actual del sistema de salud. La FHSC busca redirigir sus esfuerzos y recursos hacia áreas que considera más sensibles y necesarias para la comunidad, como cuidados intensivos y cirugía.
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De acuerdo con el comunicado, la decisión responde a la necesidad de “mantener la calidad y oportunidad del servicio que ha venido prestando a lo largo de los 76 años de operación del hospital”. En otras palabras, la institución ha optado por concentrar sus capacidades en áreas que tienen mayor impacto en la atención médica especializada.
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¿Y qué pasará con los pacientes afiliados a EPS Salud Total?
Aquí es donde viene el punto más delicado. El Hospital San Carlos ya pidió una reunión urgente con los representantes técnicos de la EPS Salud Total, con el objetivo de ajustar los contratos vigentes y revisar cómo se mitigará el efecto del cierre para los usuarios.
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Este llamado de atención suena fuerte, especialmente porque Salud Total tiene una gran cantidad de afiliados que frecuentemente acudían a esta institución para urgencias. El hospital dejó claro que se necesitan decisiones rápidas para evitar que los pacientes queden desprotegidos ante cualquier eventualidad médica que antes atendían allí.
Además, la carta solicita “explorar alternativas” para garantizar la continuidad en la atención de los usuarios. Esto significa que, por ahora, no hay claridad sobre qué otras instituciones podrían asumir esa carga asistencial una vez cierre el servicio de urgencias de la FHSC.
A pesar del cambio, la Fundación asegura que no se retira del todo, sino que busca fortalecer su propuesta institucional a mediano y largo plazo. La idea es consolidar su oferta en servicios de alta complejidad y mantener la reputación que han construido durante más de siete décadas.
En la carta oficial se lee:
“La situación actual del sector y del entorno hace necesario que concentremos nuestros recursos en aquellos otros servicios que son de más sensibilidad para la comunidad”. Con esta decisión, el Hospital San Carlos cambia el panorama para miles de usuarios del sur de la capital, al tiempo que pone contra las cuerdas a una EPS que ahora deberá buscar soluciones rápidas y efectivas.
Por ahora, lo único claro es que el 31 de julio será el último día en el que funcionará el servicio de urgencias en la FHSC. A partir del 1 de agosto, los usuarios tendrán que buscar atención en otros centros médicos de la ciudad.