Renzo, un pequeño de cuatro años de edad, fue asesinado a manos de sus propios padres en Argentina tras recibir una brutal golpiza por comerse unos chocolates que le pertenecían a su hermana.
Según las autoridades, Luis Alberto Gallo y Victoria Belén Godoy, padres del menor, fueron detenidos luego de que se confirmara su responsabilidad en el despiadado crimen del pequeño; ambos enfrentan cargos penales por homicidio agravado por el vínculo.
La investigación determinó que el menor había sido advertido por sus padres de que no se podía comer los chocolates.
"Los bombones son para las nenas", le habrían dicho.
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En el lugar estaba un bebé de dos meses, hijo de ambos, el pequeño Renzo y otras dos hermanas mujeres, hijos de la mujer con otro matrimonio. También estaba un chico de 10 años, hijo de un tercer padre.
Las autoridades conocieron que la pareja llevaba 14 meses de convivencia y, que, al parecer, estaban acostumbrados a golpear a los menores.
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Aunque tras la muerte de Renzo, los padres argumentaron que este se había ahogado mientras se bañaba, fue el niño de 10 años quien dio detalles durante una entrevista con una psicóloga y reveló el cruel asesinato.
Contó que el hombre llegó a la casa, lo agarró por el cuello y al sentir miedo, confesó que Renzo había sido el que comió los chocolates. Allí comenzó el ataque contra el menor de cuatro años; lo golpearon hasta la muerte.
También declaró que los cinco hermanos eran obligados a picar piedras, por lo que la Fiscalía del país investiga un posible caso de explotación infantil.
En principio, los asesinos indicaron que el menor se había ahogado; sin embargo, luego cambiaron su versión y dijeron que se había caído vestido en la bañera y que, su hermano de 10 años, había sido testigo de esa escena.
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El caso dio un giro con la declaración del pequeño, quien confirmó lo determinado por la autopsia al cadáver de Renzo: murió a causa de múltiples golpes en la zona abdominal.
Por otro lado, se supo que el jardín al que asistía el niño había advertido varias veces que llegaba con hematomas a la institución pero los padres argumentaban que se golpeaba jugando.
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Los acusados actualmente enfrentan una condena a cadena perpetua, mientras que los vecinos quemaron la casa donde vivían . La familia paterna del menor ya había denunciado a la mujer por agresiones físicas.
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