El panorama de la violencia de género en Colombia se vio dramáticamente ilustrado por el caso de Karina Rincón Durán, una contratista de la Alcaldía Local de Antonio Nariño en Bogotá, quien fue atacada por su expareja, José Urbano Medina Villa, en la madrugada del lunes 22 de septiembre de 2025.
Más allá del asalto, un detalle estremece a la sociedad: la escalofriante llamada que el agresor realizó a la madre de la víctima para notificarle que su hija yacía sin vida.
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Karina, también reconocida como Fabiana Karina Rincón, ingeniera ambiental y excandidata a edil, fue atacada en su propia residencia, ubicada en el sector de Hayuelos, localidad de Fontibón. La agresión fue tan violenta que ha sido catalogada como una tentativa de feminicidio agravado.
Según el relato de Anyela Rincón, prima de la víctima, quien habló con Noticias Caracol, fue el mismo agresor quien se comunicó con la madre de Karina Rincón tras el ataque, que tuvo lugar entre la 1:00 a.m. y las 2:00 a.m..
Aunque la prima no conocía la versión "correcta o textual" de lo dicho, la esencia del mensaje fue devastadora: "que había ocurrido una desgracia con la hija de ella y que él la había matado".
En otras palabras, el perpetrador, tras dejar a Karina inconsciente y gravemente herida, le aceptó el crimen a su exsuegra a través de la línea telefónica.
La Fiscalía General de la Nación reveló que Medina Villa golpeó a Rincón en repetidas ocasiones con un martillo, causándole lesiones críticas en el rostro, el cráneo y el tórax.
De hecho, una fuente judicial citada por el diario El Tiempo describió el hecho: "Le propinó '13 martillazos en el rostro, también le sacó los dientes. Y la atacó con un arma cortopunzante'". En total, la víctima narró haber recibido 20 golpes con el martillo: 17 en el cráneo y tres en el rostro.
La gravedad de la situación se ve agravada por el historial de violencia que precedía al ataque. La prima de Karina, Anyela Rincón, enfatizó en Noticias Caracol que la agresión del 22 de septiembre no era un hecho aislado, sino la culminación de un patrón de maltrato que había motivado la terminación de la relación.
Karina Rincón había interpuesto al menos tres demandas previas contra su agresor, según confirmó su prima. La gravedad de estas denuncias era "contundente", involucrando el uso de arma blanca y golpes. Anyela Rincón incluso detalló que el agresor "había llegado hasta atacar a la madre de Karina".
Además de estos reportes, la información judicial reveló que la víctima había radicado dos denuncias específicas ante el ente judicial: una por violencia intrafamiliar el mismo día 22 de septiembre de 2025, y otra el 16 de enero de 2024 (o 2025 según otra fuente), por acceso carnal o acto sexual con persona incapaz de resistir.
Tras el ataque y la llamada a la madre de la víctima, José Urbano Medina Villa abandonó el apartamento. Horas después, se presentó voluntariamente en el CAI de Hayuelos. El agresor llegó al lugar con las manos manchadas de sangre y una herida en la muñeca derecha, confesando a una patrullera: "Sé lo que hice y me quiero entregar".
La Fiscalía lo imputó por el delito de feminicidio agravado en grado de tentativa. Aunque Medina Villa no aceptó los cargos, un juez de control de garantías acogió la solicitud de la Fiscalía e impuso medida de aseguramiento en un centro carcelario mientras avanza el proceso judicial.
Mientras el agresor enfrenta la justicia desde prisión, Karina Rincón continúa su compleja recuperación, convertida en un símbolo de la lucha por la vida.
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